Como ya se ha escrito mucho acerca de la, por lo visto eterna, discusión sobre el estilo y las formas que han adaptado en las últimas temporadas de estos años algunas de nuestras series favoritas de dibujos, no voy a extenderme si les parece.
Cada cual a lo suyo.
Habrá quien diga que si Los Simpson todavía molan, que si Padre de Familia es rompedora, que si Rick y Morty es lo más, que si bla bla bla.
Yo hoy quería hablarles de un momento en concreto.
Hay en mi opinión muchísimos episodios de las entregas más recientes de South Park que merecen por si solos un análisis pormenorizado.
Y es que hay que alabar que, aún después de 23 temporadas, Trey Parker y Matt Stone, los creadores y directores/dobladores del programa, están en un estado de forma increíble y no parecen tener techo creativo. Nada de lo que pueda ser intocable en otros sitios escapa del humor ácido y descarnado de estos tipos.
Nada. Con lo que eso conlleva.
Pues bien, resulta que el episodio segundo de la vigesimoprimera temporada se ocupa de temas tan brutales como la prevención del suicidio adolescente/joven, la discusión política con el miedo al fantasma de Corea del Norte, los (ay, dios) presidentes tuiteros y la irresponsabilidad absoluta de la que mucha gente hace gala cuando va al volante y se pone tan tranquila a enredar con su teléfono (¿…?) como si eso no acarreara consecuencias para ellos y para el resto (“Di a los adultos que conozcas que nada de móvil mientras conducen” se dice en uno de los instantes del capitulo, y yo me pregunto ¿en serio esto hace falta repetirlo?).
Dejen que les cuente algunos momentos para que se hagan una idea:
Tweek fuera de si jugando con un spinner e intentado calmarse con su lío con los tuits del presidente mientras un misil norcoreano sobrevuela su casa, Cartman rapeando con una sudadera negra y hablando después con el director PC acerca de su cruzada anti-suicidio (“Centrémonos en los que piensan en morir”, dice), el brutal y terrorífico atropello de Gary Borkovec, un niño, por cuenta de una pareja que iba mirando sus móviles, Kim Jong-un señalando un poster enorme con la foto de Tweek y planeando un ataque, Wendy Testaburger a la puerta del súper explicándole a Cartman que hay más niños en su situación (“Creí que consistía en concienciar y ayudar” le dice), Craig cayendo en la ayuda que necesita Tweek, su pareja sentimental con el que ha discutido (“Tal vez tenga que intentar retomar las riendas de mi vida” espeta el pobre Tweek) y montones más.
Hasta que llega el mas grande.
Hablo de uno de los números musicales mas maravillosos y brillantes de la serie en toda su historia.
Put It Down es una de esas canciones que te enganchan desde que la oyes y que generan toneladas de conversaciones y discusiones. Y no me refiero solo a la letra tremenda o a las impactantes imágenes finales con las fotos de “muertes sin fin, una solución” en las que, por supuesto, sale Kenny.
Es todo lo que dice y lo que representa.
Tan afilado y devastador como la vida misma.
Comentarios