No quiero ni pensar en la responsabilidad, y en la pereza ya de paso, que debe sentir. Me refiero a que una parte de la prensa musical, Rosalía manda y hay que buscar recambio pronto, se ha empeñado en señalar a Alice Wonder como “The Next Big Thing del lio patrio. O al menos en apuntarse el tanto por ser los más leídos de lo que se cuece en la escena independiente del país y empeñarse en seguir poniendo y quitando artistas como si realmente eso fuera posible hoy en día. Me lleno de estos pensamientos mientras camino hacia Bordadores para inaugurar un fin de semana lleno de conciertos y para ver el pase de la protagonista que se acartela, un acierto es verdad pero con algunos problemas (gente pasando todo el rato por delante, coches y la sensación de que un montón de peña solo está allí para sentarse en las terrazas) en las concis que Mahou nos acerca todos los veranos. Desde que sale enseña buenas maneras entre retazos de una joven P.J.Harvey, de Tori Amos (cuando se sienta al teclado) o si me apuran de Neko Case, y resuelve la noche con un bolo diligente y estupendo que va de menos a mas. Las canciones mas redondas, que las hay y ojo a esto en cantidad, y que forman parte de su primer lanzamiento el estupendo “Firekid” brillan en directo (“Playgame”, “Fire on my Hands”), y la que le cedió el tío de Vetusta Morla (con quién pudimos verla en el ultimo bolo aquí de los de Tres Cantos) “La Apuesta”, no se si ganará el Goya pero da muy buen feeling. Grande y lo mejor, me apostaría algo, está por llegar.
Al día siguiente me acerco a la primera de las dos fechas que este año me voy a pulir en las fiestas de Guijuelo. Hay que tener valor para programar el mismísimo finde que el Sonorama manda y, por si eso no fuera bastante, una pléyade inmensa de conciertos llena casi toda la comunidad. Yo estoy allí no por Sober, que también, cabezas de cartel de la noche, sino por el pase que abre las celebraciones. 1945 la durísima banda que emergió de las cenizas de los añorados K/OS inician una gira que les llevará este año a Londres por primera vez con dos conciertos allí, y que servirá para presentar además nuevas canciones. Comandados por la afilada guitarra de Gorka R.C. y la voz de Sarah García nos golpean con una comparecencia apabullante y brutal. Los momentos mas inspiradores para el que suscribe llegaron con un “Black Rose” estratosférico, un “Talk” a piñón, y la puesta de largo del nuevo “Heavy Metal Is Not For Sale” y sus coros épicos el que, además, grabaron para un futuro clip. Cuando salieron los de Madrid (que acierto usar a AC/DC de intro), estaba aquello mas que caldeado. Poco se puede añadir, ya hablé de su directo hace apenas unas semanas en su paso por el FACYL, a lo que Sober montan en el escenario. Son una garantía y no fallan. Tocaron todas las que están pensando y mas, y las individualidades (la dupla de guitarras Escobedo y Bernardini y la base rítmica de Carlos Escobedo y Manu Reyes) que esgrimen, demoledoras.
Para el domingo se suma a la fiesta el ultimo disparo en forma de gira de una leyenda. Burning llegan con un pie y medio fuera ya y con (atención a esto) la mitad de La Riviera, su ultimo bolo, ya despachado. Con una historia que abarca desde 1974 y formando parte ya de las enciclopedias, se lo merecen. Recuerdo ver a la banda con el llorado Pepe Risi, pero no con Toño Martin su cantante original y hoy me vuelvo a emocionar un poco de ver al autentico motor del grupo todos estos años, el grande de Johnny Cifuentes, en tan buen estado después de todo lo que tiene que haber pasado el tipo. Desde que abren con “No Pares de Gritar” el set-list tumba (para que se hagan una idea Jim Dinamita cae bien pronto) y no dejan de hacernos bailar. De la banda me quedo con ese guitarrista nunca lo suficientemente valorado que es Eduardo Pinilla. Me marcho con la sensación de haber visto por ultima vez (¿…?) un pedazo de la historia con mayúsculas de nuestra música.
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