La mejor noticia de la noche, aparte de lo del escenario me refiero, me la da un tipo (a mi y a todo el sitio por que lo hace a viva voz) cuando proclama al entrar que lleva sin ver conciertos desde 1998 en esta sala, y regresa para lo de esa noche.
Y es que es una alegría inmensa ver gente veterana por fin en un bolo de Rap. Inexplicablemente no parecen querer saber nada de lo que está ocurriendo en la escena ahora, el jueves pasaba cuando Swit Eme aterrizaba en Music Factory, y constatar que en el taquillazo que propició el de Zaragoza, hubo mucha mas gente que la anterior vez que estuvo en la sala en 2018, había varias generaciones, era un must añadido.
Un servidor ya anotó en su anterior visita cuando hizo la crónica, que el Kung Fu del maño es tan bueno o mejor que el de cualquiera y es la pura verdad. Superada ya debe estar la obligación de recordarlo pero, es cierto, el tipo es una leyenda del asunto. Y es que hay poco que añadir al glorioso pasado de Violadores que no se haya dicho ya, pero tampoco conviene obviar que es uno de los muchos padres de todo lo que ha venido después. Se traía bajo el brazo la continuación de “La Ultima Función” cinco años después de aquel, el consabido “Polvo”, que le ha vuelto a reunir con R de Rumba mandando en los controles y con sus viejos compinches de la banda.
Acompañado de Ossian en el segundo micro ejerciendo de lujoso corista, y con la tranquilidad que le da tener atrás a W Chef tras los platos, habían hecho una showcase antes de empezar el protagonista de la noche, arrancó con el publico entregadísimo desde que los primeros sonidos de “Imperativo” empezaron a llenar el escenario y atacó en esa primera parte hasta tres temas del nuevo álbum, “A Tomar Por Culo” y “Estúpido” sería los siguientes, en el comienzo de un set-list apabullante y largo por el que navegó sin macula, y que cubriría casi todos los gustos de cualquiera que ame sus canciones.
Los detalles de la noche se agolparon para quien quisiera verlos: el bloque con “La Bolsa o La Vida”, “Luz Escondida” y “El Preferido de la Luna” que fue intachable, la traslación de “No Hay Manera” sin esos dos que están pensando pero que quedó espectacular, el oxigeno que le da darle espacio a Ossian como en “Siempre Hay”, el mix brutal de Violadores desde “Yo Tengo el Funk” al que por supuesto añadió “Únicos”, la militancia cervecera en la que parecía traer de vuelta al gran Mago Beodo, la impronta que le imprime a la homónima del ultimo disco, y una parte final brutal en la que si acaso le buscáramos un pero sería que su voz acusó un show tan largo, ¿fueron dos horas?, por que hizo seguidas “Desnudo”, “Viejos Ciegos” y la impresionante “Te Pone Bien”. Cuando todo acaba con “Si Pero No” las paredes del Potem supuran condensación de bailar y cantar.
De eso se trata esto.
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