Se apaga la luz y se levanta el telón que deja al descubierto una gran barra de bar, con todos sus detalles (luces de neón, tiradores, máquina tragaperras, diana, taburetes…) y un cartel con las palabras “OBJETOS PERDIDOS”, el nombre que da nombre a esta gira de Rulo y la Contrabanda. Una gira de “Cara B” en formato teatro, como él mismo la llama, y un poco en contraposición a su “Cara A” en plan eléctrico. Un tributo a nuestra cultura mediterránea de la cultura de bar.
Rulo llega caminando, sube hasta el taburete central cargando únicamente su guitarra y todo su repertorio. Así, sin más parafernalias. Sencillo, como es él, ya que, como siempre dice, sólo es un chico de Reinosa (Cantabria) que le gusta cantar.
Este concierto más íntimo comienza él solo con su tema “Objetos perdidos”, guitarra en mano para, en la siguiente canción, “Me gusta”, unirse su contrabanda que lleva junta durante 7 años… Charli, Quique, Pati y Fito. Y ahí radica lo especial de sus conciertos, ya que se aprecia esa complicidad entre ellos, esa “imperfección” de la que habla Rulo que los hace lo que son, una contrabanda que sabe enganchar, transmitir y sobre todo, emocionar a su público cada vez más fiel.
Se suceden las canciones “Como Venecia sin agua”, “Me quedo contigo”, “No sé”, “Divididos”, “Noviembre”, “Descalzos nuestros pies”, “M”… Llega el momento de un solo de Rulo al piano para regalarnos su versión íntima de “Mi cenicienta” y seguir con una curiosa versión de “Buscando el mar” con guitarra, percusión y acordeón… imposible no acordarse de la bahía más bonita, la de Santander, culpable de podamos disfrutar de esta preciosa canción. Qué queréis, la tierruca tira… y mucho… ¡Busquemos la felicidad!
Nos amenaza con una tercera flor, un tercer canto al desencanto urbanita, ya que en esta gira nos regala “La Flor 2” pero unida a un último párrafo de “La Flor” donde Rulo demuestra una vez más su implicación regalando flores entre su público. Le siguen “Tu alambre” y el clímax llega con una versión que nadie esperaba de “Fauna rara”, transformando el bar de Objetos Perdidos en una discoteca y que levanta a todo el público de sus asientos. Sin palabras, lo habéis conseguido, de nuevo nos sorprendéis.
A continuación dos regalos de su época en La Fuga, “Buscando en la basura”, “Por verte sonreír”… y para ir finalizando la magia del concierto, nos regalan “Como a veces lo hice yo“, “La reina del barrio“, con un Rulo muy comprometido y sensibilizado con una realidad dolorosa, sus “Heridas del rock and roll“, “32 escaleras“ contando con la colaboración especial de un pequeño que subió con él al escenario, “Cabecita loca“ y cómo no, su especial “El vals del adiós“ para despedirse de un público que pudimos disfrutar una vez más de su magia.
Gracias Rulo, Gracias Contrabanda. Sois muy grandes.
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