Cada vez que me he encontrado con él, me ha impresionado. Y no solo me refiero al hecho de haber conseguido juntar un ramillete de canciones tremendas y su otra faceta como escritor y poeta de éxito, en realidad hablo de la pasión y el amor que desprende en todo lo que hace.
Anoche cuando me enchufo en una abarrotada Sala B (ojo a esto, estuvo a unas pocas entradas de colgar el no hay billetes) que constata el crecimiento absoluto que no para de experimentar, mencionó el que ha tenido en la ciudad, me vuelvo a congratular de la carrera intachable que esgrime. Se traía de la mano el estupendo “Sinónimo” y cuando abre la noche con los temas que inauguran el disco, “Lo Primero, la Bondad” y “Gargantua”, ya dejó claro que poca broma.
Es uno de esos artistas que, afortunadamente, han abandonado la idea de la impostura en pos de la verdad sincera, el tipo suda, ríe, baila y disfruta al mismo tiempo que lo hace su público sin tonterías ni artificios por que esto que veis es lo que soy, y se ha rodeado de una banda tan tremenda, el lo sabe, que le llevan en volandas (increíble Héctor García a la guitarra como siempre, y caso aparte el omnipresente acompañamiento del gran D.J.Mesh) en un set-list que bascula por todo su cancionero en formato más crudo y directo que los discos.
Mis ultimas veces con él, sus pasos por el Facyl y Camelot, ya fueron serios avisos de que aspira a las grandes ligas (si no lo estaba ya) y ayer lo confirmaba con una comparecencia atómica llena de grandes momentos, “Finisterre” “Caza de Pañuelos” y un estupendo “Imperdible”, sin tiempo ni ganas de fingimientos, afortunadamente, por que repito no es esa clase de artista. Baste con decir que se trae con él a una de las voces, lo dijo en un gesto que le honra, más importantes del hip-hop nacional el gran Mediyama (prueben a enchufarse en vena directo su “Mindfuck”) que le da la réplica durante toda la noche en una simbiosis que funciona a la perfección.
Los detalles, desde la guitarra que abre “A mi Yo de Ayer” o el discurso de a quien odiáis antes de “Meteorito” al, sin duda, momento del set al confesarse die-hard fan de La Casa de Papel pero no de su B.S.O. presentar el futuro disco que va a sacar en enero próximo y pulirse una canción “No Tengas Miedo” que probablemente vale más por si sola que toda la música de muchas series, fueron intachables y reveladores de una noche definitivamente sólida y bien construida. Ese final con “Haciéndonos los Muertos”, la estupenda “Matemática De La Carne” y “Lo Segundo, El Talento” fue de aúpa amigos, con todo el personal rendido a sus pies en una comunión entre público y artistas, permítanme que aquí use el plural por que todos estuvieron a un nivel muy alto, patrimonio de los que miran al techo de la tabla.
El poder catalizador de la música, dice. Eso es. Grande.
Comentarios