Hace unas semanas fíjense que parece casi un siglo a la vista de lo que ha pasado desde entonces, me senté a charlar con ellos.
Estaba casi toda la banda y su manager Antonio Sánchez que, este es un caso insólito y creo que el único que conozco, también forma parte del entramado como conjunto, fíjense en las fotos de Hugo Gómez para el grupo, y me hablaron con pasión y claridad del advenimiento de su primera criatura.
No les negaré que para el que suscribe era el momento de hacerlo.
Y no solo por la salida de “Al Trasluz” el disco que inaugura el casillero de los de Peñaranda en temas propios, no juego y no me interesa cuando se ponen los zapatos de otros, era también ver hacia donde caminan como colectivo artístico. Me hablaron de la composición, aquí Cristian Hernández el baterista gana por goleada porque se la ha echado al hombro, y de la grabación. De compartir días como banda, y de que ya hay nueve o diez canciones para el directo.
A todo esto el disco.
El must que en mi opinión es la homónima que se erige como uno de los mejores tema del conjunto y que Fran Hernández convierte con su voz en otra liga, fíjense cuando el tipo se pule el épico estribillo, el correcto ejercicio de Joaquín Pinto en “Ni Mirar” cantando (no se pierdan como despista la canción amagando con un medio tiempo) y la inclusión de los versos que Miguel Hernández escribió en la desgarradora “Sentado Sobre los Muertos”, el levísimo coqueteo con los Terrorvision de “How to Make Make Friends…” en “Maniatado”, lo ecos a lo lejos de Malcom Young (observen que he dicho Malcom) en las poderosas guitarras de Rafa Hernández y Antonio Castillo que abren “A Espalda Descubierta”, o el el riff en loop de “Alimañas”, son razones más que suficientes para acercarse a él.
Hito de lo que ahora se llaman sonido urbano en el Rock o en el Punk (¿…?), no defrauda cuando lo encaras, y debería, ojo a esto, tener obligada continuación mas pronto que tarde.
Cuidado al detalle desde la portada y el artwoork (habrá quien piense en “La Forma del Agua” y su cartel original, obra del taiwanés James Jean inspirado a su vez en “El Beso” de Gustav Klimt, al mirar el trabajo de Gabriel Aparicio en el diseño. Audaz, pero… ¿erróneo?. A mi parecer no van por ahí los tiros, pero sería muy interesante diseccionarlo con el artista), con una producción pétrea y limpia obra del omnipresente Pablo Martínez y su partner Kike Sanchis en OVNI (el tío de Desakato y su estudio no lo olviden por que esto es importante. Es un nombre que acude al instante, los protagonistas nunca han ocultado la militancia que practican con los de Llanera, y esa noche me lo confirmaron en la entrevista), contiene un minutaje, ojo amigos seis canciones, que perfila ese formato aséptico y directo tan en boga que es el E.P.
Y conste que un servidor no se queja, pero sí es cierto que la idea de verles jugarse los cuartos con una duración mas extensa a ver que pasaba, es muy atrayente.
De todas formas podemos congratularnos.
Hay banda, afortunadamente por dios, mas allá de las dichosas versiones.
Y será muy interesante ver hacia donde van en el futuro.
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