Crónicas

La Lenteja Metálica | Espino de la Orbada, Salamanca

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Podría hacerlo amigos.

Podría hablarles de lo que pudimos ver, aun llegando tardísimo, y de lo que ello dio de si artísticamente. Podría contarles lo ilusionante que es ver a Zas el nuevo proyecto de Sarah García, las buenas ideas que esgrime y sobre todo ese puñado de canciones propias, gracias al cielo o a quien sea,  en las que se ha rodeado de una banda joven y poderosa, Pedro Gómez su baterista centra las miradas y con razón,  que impulsan su voz a otro nivel. Podría hablarles del bolo macizo de Jolly Jocker y de cómo planearon por encima Billy Duffy y, esto fue emocionante, en muchos pasajes de la noche Taime Downe y Jizzy Pearl  con una tonelada de canciones que nos hicieron ansiar mas. Y claro podría también referirles el pase atómico de los vigueses 2Sisters  y la brutalidad de unas percusiones al ritmo de su Metalcore ultra técnico que casi invocan a Cthulhu desafiando al estúpido frio que arreciaba mientras cambiaban su turno con los cabezas de cartel, y podría, al fin, decirles que La Excavadora es una realidad más allá de sus famosísimos padres (de Gatillazo a Marky Ramone), era la tercera o cuarta vez del que suscribe  con la banda en pocos meses, y hace mirar lo que llegue del grupo con esperanza de que con ellos tenemos una razón mas para estar seguros en el ultimo Punk que se factura en suelo patrio.

Podría si, pero quería contarles otra cosa.

Que los tiempos pintan complicados para muchos de los estilos históricos de la música , no es ningún secreto. Y no cometamos la torpeza de caer  en tonterías ni estupideces de que el Rock o el Pop o lo que sea han muerto por que gozan de una salud envidiable con cientos de propuestas, artistas increíbles y docenas de canciones inolvidables y de una calidad indiscutible. Pero es cierto que a la hora de vender entradas tal vez, mas allá de los estadios y festivales masivos y de los nombres que piensan, han dejado de ser el hermano mayor para pasar a ser uno mas en el reparto de los puestos de la tabla, acuciados sobre todo por el cambio de gustos de los clientes potenciales mas importantes, me refiero a la gente mas joven, con el advenimiento en los últimos años de la Urbana como música de masas.

Un servidor que lo ha escrito hasta la saciedad en esta casa, no deja de verlo constantemente en todo tipo de conciertos (bastaba mirar la media de edad de los asistentes, para constatarlo mas allá de algunas honrosas, benditas sean, excepciones) y festivales.

Y sobre todo a entender del que suscribe se nota en las salas y en los eventos mas pequeños, como el que nos ocupa, que a duras penas cubren con taquillajes y barras los gastos de producción cachés seguridad etc., por no hablar, a eso quería llegar, de el esfuerzo sobrehumano que supone sacarlos para adelante. Tiene todo el merito del mundo que un puñado de pax decidan con la que está cayendo embarcarse en algo así sin experiencia previa, y solo a base de pasión y trabajo,  lo intenten llevar a buen puerto partiendo de cero.

Así que si.

Sorprendía llegar al recinto, enorme y lleno de posibilidades, y constatar que funcionaba a velocidad de crucero, un ejercito de voluntarios para ayudar a todo, distancias cómodas entre la olla y la restauración baños etc. , horarios escrupulosos que apenas se torcieron unos minutos aun con la cantidad de artistas que acartelaba  (tan discutible esto como cualquier otra cosa que queramos, pero no se debe olvidar que son los gustos de los que programan los que hacen los carteles la mayoría de las veces ,sobre todo al principio, mas allá de imposiciones de managements), sonido potentísimo, y la sensación de intentar cuidar todos los detalles.

Y eso para un evento que se ponía de largo es mucho decir, lo miren por donde lo miren.

Que queda camino por recorrer en forma de mejorar, no hay duda.  Y que debemos ahorrarnos caer en la magnanimidad también, por que además no se debe olvidar que lo mas importante de todo este lio, aunque hoy paradójicamente ya casi nadie lo tenga en cuenta, es el publico soberano que paga religiosamente su entrada, y es con el que por pura lógica se deberían alinear los festivales, de la prensa ya ni les hablo, y sobre todo los mas pequeños para que su continuidad no peligre.

Ojalá que cuando llegue la hora de decidir,  hacer mas no sea una cuestión a debatir.

Paco Jiménez
El Rock n Roll es más grande que la vida

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