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Huey Newton. Huey P.

Bueno.

Increíble.

 

El 22 de agosto de 1989 el diario “El País” reportaba la noticia del asesinato a tiros de Huey Percy Newton en la ciudad californiana de Oakland. Tenia 47 años y había sido junto con Bobby Seale fundador del Black Panther Party (BPP, por sus singlas en inglés),  y, cito textual del articulo del periódico, “su cuerpo fue encontrado en un charco de sangre, y con tres impactos de bala en la cabeza”.

 

Huey P era uno de los lideres de los Panteras Negras.

Es en opinión de un servidor “Opera Fidelio” uno de los grandes discos del estilo este año del que, como no podía ser menos, se ha escrito un mar de tinta (mi favorito es el precioso estudio de Flor Viva en Nostromo Magazine titulado “Poesía y Lealtad”) a cuenta del pleno de barras explosivas y bases antológicas que exhibe. Cuando lo oí por primera vez las referencias eran muchas, de Jonathan a Dolce Rotta pasando por Cayetana Guillén Cuervo (¡) y el universo cinematográfico, pero la de Huey P. en el tema que cierra el disco, “La Nana de los Morenos”, me dejó noqueado. Y no es de extrañar por que política, justicia social y  libertad llenan el álbum, pero que un artista tan joven le evoque, mas allá de USA, es un must para cualquiera que signifique algo la contracultura, y busque en las letras de las canciones mas que lo que a simple vista se ve.

 

En ese contexto es muy entendible el por que de la historia del titulo. La Opera Fidelio es la única que Beethoven hizo para el gran genero en toda su vida, y el argumento es cuando menos esclarecedor. Verán, la cosa es que  la obra relata (filomusica.com) “el intento de Leonore, disfrazada como Fidelio, de entrar en la prisión para poder salvar a su marido o al menos llevarle consuelo. Tras una serie de escenas, Fidelio encontrará a su amado y lo salvará. Es por tanto un argumento no solo a la lealtad o a la fidelidad, sino también a la libertad”, y vuelvo a lo de arriba. Más claro imposible.

Con todo eso en mente era la de Zamora una cita imperdible, la segunda vez este año, en la que encontrarnos con los protagonistas. Y aunque no agotaron los tickets, venían de Santiago de un sold-out antológico, si que hubo una entrada muy meritoria llenísima de die-hard fans (un detalle sobre esto para que se hagan una idea, en un momento dado del bolo subieron a alguien al escenario que llevaba la firma de Pekeño… tatuada) que les llevó en volandas todo el concierto y que cantó y sudó al ritmo de los de arriba. Acompañados atrás del trabajo magnifico de Tensei One  se merendaron el escenario, se les nota muy engrasados por que llevan un año intensísimo sin parar de girar.

Desde que abrieron con la estupenda “Riquelme y Okocha” al final, ofertaron un set-list largo y generoso en el que encajaron las mas conocidas  es cierto, pero que en el que también hicieron justicia con las nuevas, “War´z On” “96 Monica” “Aon Wanna Know” ó “El Manual”.

Se acordaron de Palestina todo el concierto, de Hoke (esta semana se lo traeremos en exclusiva para esta casa, en su pase por Salamanca) en un “Desamparados” antológico, nos enseñaron “Navajas y Percebes” dándole al cesar (Tensei One) lo que es del cesar, fue mundial “Social Drive” y nos apabullaron con un final espectacular “Calle Cortada”, “Souvenir” (“…éramos pobres, solo tuvimos la Play 2”…) y casi veinte temas si no conté mal, en una comparecencia maciza y llena de verdad.

Grandes.

Foto. Víctor J. Fry

Paco Jiménez
El Rock n Roll es más grande que la vida

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