Por Parecía la tormenta perfecta. Fin de semana, la ciudad hirviendo de gente con las calles llenísimas, los sitios atestados y un montón de golosinas en forma de teatro, música instalaciones y conciertos. ¿Se trasladó esto a los espacios del festival?, pues si, sin duda, pero con algunos matices en el tema de los conciertos y no así el súper éxito del Huerto que congregó una cola candidata al Guinness. que un servidor cataba mientras miraba de lejos a Raúl Olivar y su flamenco encima de la cueva (ah, ya dije los de los escenarios de este festival) en la plaza Carvajal.
Por supuesto que la noche se presentaba complicada para elegir entre las propuestas que acartelaba el sábado a todos los niveles artísticos, pero mas en lo musical. El pase de la Plaza y el de Casa de las Conchas eran sin ninguna duda dos de los momentos mas importantes del line-up de esa parte del festival este año (no me considero capacitado para escribir de Café Quijano cuyo asiento de primera en el festival respeto por supuesto, pero no entiendo ni comparto), y permitan que el que suscribe vuelva a incidir en algo que ya comentado en mis textos.
Los grandes no lo son por que si.
Foto. Víctor Iglesias
LDS llegaban al Facyl afianzados de sobra como unos referentes tras un buen montón de años en la cabecera de la escena. Y es cierto. Si alguien me hubiera dicho que podríamos llegar a verlos alguna vez en la Plaza con su delicioso Rap inclasificable lleno de muchas cosas -Rock, Reggae, Ritmos Caribeños, etc.- que atesoran sus canciones, dudo que lo hubiera creído. Uno a cero para el festi por lograr que algo así (¿“Huele a Facha” en ese escenario?) llegue ahí. Lo padres (y los abuelos) estaban en el Patio Chico mientras que los hijos (y los nietos) conseguían una entrada muy meritoria sin llegar a llenar más allá de la olla y a esto me refiero con lo que he hablado aquí de la oferta de eventos del festival. De cero a noventa y nueve es el target, y es genial.
Que gozada fue.
Neidos, Microbio y Still III adelante llenando la plaza de barras explosivas desde que arrancaron con puntualidad exquisita con “Pan de Lembas” (y tras el detalle de poner casi de intro uno de los temas mas importantes de la historia del Hip-Hop el “Jump Around” de House of Pain), “”Huele a Facha”, “Buen Viaje” y agárrense “”Salsa Boloñesa” seguidas, haciendo que el personal no parara de cantar y bailar. La banda está tan engrasada de estar constantemente en la carretera, que sale natural todo, y además da mucha tranquilidad tener detrás a los dos arquitectos del sonido LDS ahora mismo (me refiero a los platos de Acid Lemon y al multiinstrumenteo de Ricard Cots).El setlist fue un must, no se pasaron con la verborrea en ningún momento afortunadamente, por que el tiempo apremia siempre en la plaza, “Canción para ti”, “Casa Grande” “La gente”, una espectacular “Cuando Sale el Sol” y protagonizaron un pase fulgurante y poderoso lleno de alegría de vivirlo. El final desde “Volver” con “Voy a Celebrarlo” y “Quien manda a Quien” fue inolvidable si, pero fue un épico “Quemar el Mar” entre humo y luces de móviles una de las imágenes mas importantes de la música del festival este año.
La sesión de Mystery Affair se antojaba imperdible, pero como siempre el solape con el escenario principal de la plaza hacía muy difícil, en realidad obligaba a elegir, compaginarlos. No hará falta extenderse en el currículo de Erika Poke tanto en la cabina como produciendo. Simplemente es una de las grandes (hace unos años Vice la llamó una de las motores de la escena, y es cierto) y su comparecencia en las Casa de las Conchas lo refrendó con creces. Hizo una sesión hardcore que puso a bailar a todo el mundo henchido de felicidad (uno de esos momentos en los que todos parecemos inocentes de todo) en una hora y media mágica de la que lo único que se puede decir es que ojalá no hubiera acabado.
Hablando de acabar.
El martes el reprise final, y no hará falta que les diga quien viene.
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