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Estrogenuinas | La Chica de Ayer, Salamanca

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Podría ser el ejemplo perfecto de lo que ocurrió porque para el eterno bochorno de quienes estábamos allí no fue una cosa puntual. En realidad paso a lo largo de toda la noche, Una leyenda del Punk patrio como Violeta,  que tanto nos ha dado con Juanita y los Feos o con Rata Negra por citar algunos de sus proyectos, se sube con la banda para hacer un mundial “Universo para lelos” (que gozada ver algo así en  un concierto que ya de por si estaba siendo espectacular) que debimos cantar y bailar hasta salir con respiración asistida del sitio, y sin embargo el personal lo recibió con el mismo mantra que había desplegado el resto del concierto desde que empezó. Me refiero a estamos anestesiados o algo así, y mas allá de dos o tres filas adelante, benditas sean, da igual lo que pase ahí arriba.

Se podrían haber agregado también Poison Ivy o Wendy O resucitada que hubiera seguido, según parecía, sin inexplicablemente haber tema.

La vuelta de Estrogenuinas a donde todo empezó, mereció mucho mas baile y sudor y cante de parte de los de abajo del escenario, y ya de paso abarrotar aún mas la sala colgando el sold-out, pero la extraña asistencia (¿…?) que rige los bolos en la ciudad nunca deja de sorprender, por que el grupo además lo intentó todo para que así fuera en un pase macizo y lleno de momentos brillantes desde que arrancó con “Villabecario”.  Con Álvaro Pidre en la guitarra y Paula de Rufino en la batería acompañando a Ángela y Carolina Álvarez  navegaron por un setlist  equilibrado, lleno de guiños a los die-hard fans mas antiguos es cierto (“Al Pasar la Barca”, “Islas Caimanes” que habían empalmado con “Reencarnación” ) pero también con el estreno de un par de canciones nuevas (“Salou” y “Los vieja Escuela” que suenan a la banda por los cuatro costados), el curioso paso por un “Autolesionarse” de Juanita y Los Feos con el añadido de tener la voz original del tema allí, o las traslaciones al escenario de la siempre mas oscura “Puesta en Escena” y la diversión que emana de “Madriz” u “Orgia en casa de los Buendía”.

Por el camino de una comparecencia fulgurante pudimos ver las marcas de la casa, los diálogos entre temas, las letras afiladas e irónicas, la música que planea por encima, de Runaways (ni que decir tiene que hicieron “Charra Bomb”) a Stooges flotando, o la pericia instrumental camuflada de sencillez que esgrimen acompañando a una voz personal e identificable luchando contra gigantes para que aquello fuera, una fiesta, lo que se pretendía, y  dando la sensación de que todos esos años de historia que la banda tiene ya, “no somos jóvenes, pero tampoco viejas” dijeron a cuenta del cumpleaños de las dos hermanas, han sido para llegar a esta verdad pura (el que suscribe las ha visto pongamos no se ¿veinticinco veces? y sigue hacerme no apartar la vista solo por mirarlas encarar el celebérrimo “Nietzsche es mi Fetiche” y eso solo por citar alguna) en un recorrido como grupo, ya lo verán, que no ha hecho mas que arañar el principio.

Tan emocionante como adictivo, pero mentiría si no les dijera que no esperaba otra cosa.

FOTO. Víctor Iglesia

Paco Jiménez
El Rock n Roll es más grande que la vida

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