En estos días de confinamiento, todos hemos podido apreciar la importancia de la tecnología para realizar cualquier tarea (trabajo, estudio, comunicación, compras online, ocio…).
Además, dado que la enseñanza educativa se está haciendo de forma virtual, en VDOL nos hemos preguntado acerca de las herramientas que hay para asegurar la fidelidad y objetividad de trabajos y evaluaciones en el campo educativo. ¿Qué es el eProctoring? ¿Cómo funcionan las herramientas de verificación de identidad? ¿Están en consonancia con las leyes de Protección de Datos? ¿Hace falta algún requerimiento especial a la hora de utilizarlas?
Para contestar todas las preguntas, hemos tenido el placer de charlar con Alex Vea, responsable de estrategia y desarrollo de Smowltech, empresa dedicada a ofertar estos productos, no solo en España, sino también a nivel internacional y en instituciones de todos los rincones del planeta. Entrevista con Alex Vea, CSO Smowltech
P: ¿Qué es la tecnología eProctoring?
R: El eProctoring es un concepto que nació en los Estados Unidos. Allí hay un mercado donde ya está muy establecido (y ahora principalmente, por todo el incremento que está teniendo la formación online) y más aún, ya que ahora se está viendo como una necesidad básica, pues las instituciones se empezaban a enfrentar a diferentes problemáticas en temas, sobre todo, de aseguramiento de la calidad. Por ejemplo: ¿cómo podían garantizar que el usuario que estaba realizando cualquier tipo de actividad online era la persona correcta y se estaba comportando adecuadamente?
Entonces empezaron a surgir nuevas tecnologías, no tanto nuevas tecnologías en sí, sino nuevos métodos de cómo abordar estos escenarios. Empezaron desde lo que se llama Life Proctoring, que es una persona en vivo que está vigilando: es decir, tú le compartes la web y la pantalla y hay una persona que te está mirando para ver si haces las cosas correctamente en base a los protocolos previos que se han establecido. Poco a poco, con el tiempo, se han ido implementando nuevas tecnologías que han permitido mejorar o hacer más eficiente el proceso o también más efectivo el coste. Pero claro, no podemos olvidar que estos dos enfoques se mantienen: el Life Proctoring sigue estando ahí, tiene mayor control sobre el estudiante, pero lógicamente, los costes son mayores. Y ya por otro lado, luego están las soluciones más automáticas o semiautomáticas, dentro de las que estamos nosotros.
P: La tecnología que están aplicando, en concreto, en su empresa (dentro del eProctoring), ¿es accesible para todo el mundo que tenga conexión a Internet o hace falta algún requerimiento adicional?
R: Nuestro foco siempre ha estado en buscar y poder ofrecer un balance, un equilibrio entre la robustez del sistema y la experiencia de usuario, poniendo siempre en ese foco cómo poder trasladar este tipo de servicio para que sea accesible al final (como la propia educación online lo requiere) a cualquier persona. Entonces, ofrecemos diferentes niveles de seguridad en base a las necesidades de la institución. Nos vamos adaptar a sus necesidades de control o necesidades de verificación de identidad. Para ello, partimos de una primera premisa, que es la básica: saber si es la persona correcta o no. Entonces, ese primer servicio, que es utilizando el reconocimiento facial, es una solución web.
Lo único que necesita es una webcam, ya que sin una (webcam) lógicamente no puedes verificar nada. Es una solución muy sencilla de utilizar: se realiza un primer registro y luego ya se da la monitorización durante el examen. Se van capturando imágenes con las que se compara con el modelo inicial creado. Funcionan sobre cualquier navegador web y no requiere instalación alguna por parte del usuario final, lo que hace que sea muy sencillo de utilizar para cualquier tipo de persona.
Luego ya se entra en muchas otras funcionalidades, a mayores niveles, donde estaríamos hablando, por ejemplo, de una aplicación de escritorio que te permita monitorizar el ordenador, ver cualquier cosa que pueda estar haciendo (qué programas están abiertos, controlar accesos a webs, si se da «copia-pega»…).
Y el siguiente nivel de control del entorno se realiza utilizando otra webcam para observar lo que ocurre en la habitación en la habitación en la que la persona realiza el examen.
Por tanto, hay diferentes niveles que se pueden ir adecuando dependiendo de las necesidades de la institución.
P: ¿Cómo se asegura la conexión con este sistema a lo largo de todo el examen?
R: Es algo que nos parece que es muy importante, y más en estos momentos con la concurrencia que hay, ya que todo el mundo está haciendo uso de internet, por lo que es algo complicado.
Nosotros desde el inicio planteamos un enfoque un poco diferente. Así como el Life Proctoring venía un poco del streaming, del vídeo… ya que estás compartiendo un vídeo en tiempo real (lo cual consume mucho más), nuestro enfoque fue un poco al revés, como ir trabajando con ese video. Pero también de una forma más ligera, es decir, capturando movimientos e imágenes que nos permitan, pues ir verificando esa identidad y trabajar en los escenarios un poco más ligeros.
No obstante, sí que es verdad que es complicado. Al final, nosotros lo que hacemos es integrarnos cien por cien en la plataforma del cliente. Tenemos plugins para Moodle, Blackboard Learn, MSL Canvas… Entonces ahí es donde el estudiante está haciendo el examen. Cuando accede a hacerlo, se lanza automáticamente nuestro sistema y empieza a monitorizar. Entonces ahí, lógicamente, si Internet no funciona, se le caerá también al examen. En otras palabras: nosotros funcionamos siempre y cuando el examen también esté funcionando.
Lógicamente se necesita Internet para hacer esa transmisión, pero hoy en día, cada vez más, estamos trabajando en Europa y en Latinoamérica y hay ciertas zonas donde el acceso a Internet puede ser más complicado. Ahí luego si se cae, ya también dependerá de si la institución le permite volver a acceder al examen, si es que le ha sacado de este. Claro, también depende de protocolos de la propia institución (como si permiten dos intentos, etcétera) o si se ha caído la conexión pero se mantiene dentro de lo que es el examen y cuando vuelve la conexión ya se siguen emitiendo los datos… Entonces es complicado a veces, pero luego se van buscando soluciones para poder dar el servicio.
P: En cuanto a la protección de datos, asunto capital dada la importancia que tiene, ¿cómo se asegura el cumplimiento de las directrices establecidas en las leyes a este respecto?
R: Bueno, eso es algo vital que cada día nos preguntan. Nosotros, además, en estos momentos estamos siendo financiados por la Comisión Europea en un proyecto a dos años. Con ellos tuvimos que pasar una serie de procesos, ya que estamos trabajando con datos biométricos que están catalogados de lo más sensibles.
Por un lado tenemos nuestro DPO (Data Protection Officer) que es la persona encargada de establecer todos esos procesos: cómo se trabajan los datos, cómo van encriptados… Cabe decir que los datos están encriptados y están todos almacenados en la Unión Europea (no la abandonan en ningún tipo de momento).
Además, no sólo actuamos en temas de privacidad y seguridad, sino también en temas éticos, donde de nuevo, tuvimos que realizar unos procedimientos estipulados por la Comisión Europea.
También, es importante decir que tratamos de trabajar con el menor dato personal del estudiante. Es decir, nosotros vinculamos imágenes al código identificador del estudiante en la plataforma, en vez de estar trabajando con nombres y apellidos, de cara a tratar de minimizar lo máximo posible lo que es la información. Luego trabajamos con códigos e imágenes. Nada más.
P: Hemos visto que esta tecnología lo que intenta es conseguir que sea casi como un método presencial, como si se estuviera haciendo el examen en el aula. Ahora bien, en el caso de que se produzcan anomalías, como por ejemplo, que aparezca alguien por detrás del estudiante, que se escuche a algún familiar hablando (hechos muy cotidianos durante estos días de confinamiento), ¿qué hace el sistema: lo detecta y se detiene el examen o al detectarlo lo guarda y continúa todo adelante?
R: No, aquí también nuestro enfoque es el de trabajar de manera pasiva. Es decir, nosotros mientras el estudiante está haciendo el examen estamos monitorizándole, pero no le interrumpimos en su actividad. Él o ella va a ir realizando el examen y nosotros luego ya facilitamos las evidencias de lo que ha sucedido a la institución. Es la propia institución la que previamente ha establecido y ha comunicado a los estudiantes bajo qué protocolos o qué condiciones deben realizarse esos exámenes.
Entonces nosotros detectamos lo que haya pasado y le facilitamos la información de manera sencilla a la institución para que ellos tomen la decisión en base a los criterios que han definido. Nosotros nunca decidimos si una estudiante suspende o aprueba, nosotros somos un generador de evidencias, como un profesor que cuida un examen mirándote. Pero claro, en vez de que sea un profesor mirándote es una tecnología que está monitorizando y facilita las evidencias de lo que ha sucedido.
Hablando de esto, me gustaría también comentar un poco algunos feedbacks (comentarios) positivos que hemos obtenido. Claro, ahora, porque es obligatorio, la educación es cien por cien online, pero hasta hace poco las instituciones facilitaban esa opción de poder ofrecer las clases de forma virtual. Es decir, puedes venir a un aula presencial, pero para ello tienes que desplazarte, utilizas un mayor tiempo para ello… o en cambio, puedes hacerlo online. Claro, para hacerlo por internet necesitas unas ciertas garantías. Es decir, hasta ahora la limitación estaba en el ámbito de la evaluación final (o evaluación continua que se trabaje) pero gracias a esta herramienta, se permite también a personas con movilidad reducida, por ejemplo, el poder hacer todo desde casa, incluso la evaluación completa también, sin que tengan que desplazarse, porque ya estamos cercionándonos de que es la persona correcta la que está adquiriendo ese conocimiento. Y creemos que es algo verdaderamente importante.
P: Sin ninguna duda. Creemos que es algo primordial que se faciliten todos los medios posibles para que una persona que no pueda desplazarse pueda seguir aprendiendo y formándose gracias a un proceso de aprendizaje virtual.
R: Es un poco por lo que nace todo esto. Al final la formación online está para dar esa flexibilidad y centrarse en el estudiante, es decir, cuando quieres aprender, cómo quieres aprender y por qué canal. Y la mayoría de personas que empezaron a estudiar formación online son aquellas que están trabajando, que tienen turnos por las noches, fines de semana… o igual que tienes a la familia y no te puedes desplazar. Entonces, ¿cómo flexibilizar y adaptar lo que es el aprendizaje a las necesidades del estudiante? Bueno, nosotros somos una pequeña parte de todo el engranaje de la metodología pedagógica, porque ahí también es importante entender que lo presencial no vale para online, sino que el online tiene su propia metodología de cómo hay que definirla y trabajarla para que se adecue a las necesidades del estudiante.
P: Y un poco en relación a lo que estamos viviendo con esta pandemia, ¿qué opinas del auge de estas tecnologías y del hecho de que algunas herramientas, como lo puede ser el eProctoring, se implementen mucho más?
R: En general, todo el mundo de la educación lo hemos considerado como un aspecto positivo porque ha sido como una obligación para que todas las instituciones reflexionen sobre cómo, hasta ahora, han estado haciendo las cosas.
Hay algunas (instituciones) que trabajaban ambas, sobre todo en el ámbito online, pues tenían presencialidad y actividades online. No tiene por qué prevalecer una de las dos opciones, sino que puede ser una combinación, que es normalmente lo ideal. Lo que pasa es que esta pandemia ha pillado a otras instituciones sin estar preparadas, las que son cien por cien presencial, y esas son las que peor lo están pasando. Están viendo cómo tratar de hacer algo online y poder seguir dando esa formación a los estudiantes.
Sin duda va a suponer un antes y un después o un cambio de paradigma, en el cual, yo por las instituciones con las que hablo, ya nos dicen que: «esto va a ser para ahora, pero realmente es una línea que teníamos pensado empezar y esto ya nos ha obligado y la mantendremos hacia un futuro, mientras seguimos lógicamente con el sistema presencial, combinando ambos».
Y también un aspecto importante es el ámbito regulatorio, que siempre va un poco atrasado, sobre todo (también ya hablando en específico) en este tipo de tecnologías, que son las agencias de acreditación. Hay algunas que van más adelantadas y por ejemplo, en Castilla y León, sí que están trabajando, y es algo lógico, porque también es verdad que en el ámbito presencial va decreciendo. Entonces, ¿cómo las universidades también pueden evolucionar y adaptarse a las necesidades de los estudiantes? Pues una manera es ser online, pero solo si permites el cien por cien de este online. Porque claro, si no se permite el cien por cien, siempre va a ser para gente de alrededor, porque, ¿quién se va a desplazar, no sé cuántos cientos de kilómetros para hacer un examen? Entonces, todas estas complejidades también en el ámbito regulatorio y, sobre todo, en títulos oficiales, que poco a poco, gracias a este contexto, van a ir eliminándose para que haya un avance y una evolución.
Por lo que sí que vamos notando una mejora en el conocimiento de las diferentes opciones que hay de hacer exámenes online y de cómo poder hacerlos.
P: ¿Qué opinas de la digitalización de la educación? ¿Ha llegado tarde?
R: A decir verdad, el sector de la educación es el que está menos digitalizado de todos los sectores. Se están haciendo las cosas igual que hace siglos, como se enseñaba entonces.
Sí que es verdad que ahora nos hemos dado cuenta de que poco a poco habrá que evolucionar. Habrá que implementar alguna de estas herramientas, y claro, esto no quiere decir que introduzcas tecnología y ya está, sino que debes saber en todo momento cómo esa tecnología se adapta a la metodología pedagógica que tú creas conveniente establecer para el proceso de aprendizaje. Variantes hay muchas.
P: Otra pregunta que ha surgido mucho a lo largo de todos estos días es saber si la red estaba preparada para tal cantidad de conexiones síncronas. ¿Qué opinas al respecto?
R: Yo creo que en general, nosotros, que somos cien por cien digitales y trabajamos en la nube, desde el comienzo buscamos trabajar en esa línea de autoescalabilidad, de trabajar con volúmenes y que no haya una limitación. Lógicamente, tú tienes que ir preparando tu infraestructura para que sea autoescalable y que todo lo que sea la solución pueda permitir hacerlo.
Hasta ahora hemos podido trabajar en esos volúmenes y no hemos tenido problema. Sí que es verdad que estamos enfrentándonos, como en los últimos meses, a situaciones en las que la concurrencia y los volúmenes son mucho mayores, y en eso seguimos trabajando. Trabajamos para preparar los sistemas partiendo de una base que nos permita ser flexibles y ágiles para poder incrementar el volumen que podemos adoptar.
Hemos comprobado que no habría ningún problema. Trabajamos en la nube, por ejemplo, con plataformas como Amazon. La autoescalabilidad y el servicio que ofrece están bastante bien, y nos permite tener esa flexibilidad en los llamados «picos» (aquellas ocasiones en las que hay una gran demanda) y poder ampliar esa infraestructura tecnológica para dar servicio, y luego poder bajarla en momentos que igual no hay tanto volumen de estudiantes.
Y ahí luego viene otro aspecto bastante interesante: hay iniciativas para instituciones fuertes, que ya tienen su infraestructura tecnológica, pero que no están preparadas para que de repente todo su alumnado se meta al 100 por cien en su plataforma. Alguna de estas iniciativas que podría estar muy bien es, por ejemplo, la realización de un examen como servicio. Es decir, preparar una infraestructura tecnológica en la nube que permita un plan «B» de contingencia a las universidades.
¿Cómo se haría? Facilitando ese acceso o derivando a una parte de su alumnado a la nube, donde tendrás una plataforma online de examen en la que podrás añadir diferentes habilidades y funcionalidades.
Creo que el concepto es muy interesante debido a lo que nos vamos a enfrentar, porque hay algunas universidades que todavía tienen la esperanza de que se va a hacer los exámenes en junio. Pero, ¿y si no se pueden hacer en el aula? Los que son 100 por 100 presenciales, ¿cómo van a mover a 30000 o 40000 alumnos a todo online? La concurrencia de la infraestructura tecnológica en la nube es un aspecto muy importante.
P: También, sin salirnos del ámbito universitario, todos conocemos la existencia de ciertas asignaturas que requieren de una experimentación, ya sea en el laboratorio o en salidas de campo. ¿Qué solución propondrías para estas asignaturas?
R: Para las más prácticas es algo complicado. Quiero decir, la teoría es más fácil que se pueda hacer todo online. Sin embargo, en la parte práctica depende. Existen laboratorios virtuales en los que se puede trabajar en diferentes cuestiones.
Más allá de eso, ahora mismo veo muy complicado que en los próximos meses vayas a hacer lo que no hayas podido hacer otros años. Hay algunas cosas que se pueden solventar de manera rápida, pero la práctica va a ser complicada. Habrá que ir trabajando en esos laboratorios virtuales, en cómo poder ir trabajando en esas líneas. Pero deprisa y corriendo lo veo complicado.
P: ¿Cómo influye esta situación tan atípica en la globalización?
R: Es una realidad que las herramientas digitales han tenido y están teniendo un boom y que se están socializando.
Es un hecho. Las herramientas, ya sean del ámbito de trabajo (algunas como Zoom o Google Meet en la que estamos ahora), o del campo de la educación (Blackboard o cualquier otro tipo para clases virtuales) se están utilizando no solo para videoconferencias o reuniones, sino también para impartir docencia.
Las personas que no estaban acostumbradas a teletrabajar, aún siendo esto una herramienta vital para poder comunicarse, ya las van a conocer, partiendo de ahí. Para empezar, porque igual antes no las conocían. Partiendo entonces de que hay conocimiento sobre ellas, algunos seguirán manteniendo una línea de trabajo más tradicional y otros en cambio, abogarán por estas iniciativas tecnológicas.
Luego tendríamos diferentes líneas. En cuanto al ámbito colaborativo y de trabajo sí que es verdad que las startups están más acostumbradas a utilizar todas las herramientas digitales. Y luego también, en el mundo social, lo que se ha hecho ha sido incrementar el boom que ya tenían las herramientas que ya utilizamos también habitualmente. O que personas que antes no utilizaban estos medios aprendan que existen herramientas que te ayudan a comunicarte. Es algo que todos estos días estamos viendo y haciendo. Videollamadas con familiares, con amigos, con compañeros… «¡A las 6 Skype entre toda la familia para poder hablar!» (risas)
Vamos, que en algo como lo que ya existía y que sólo algunos conocían, pues se ha implementado de manera generalizada. Y sobre todo, también ha ayudado a que algunas personas adquieran ciertas nociones o capacidades digitales, las cuales yo considero que son necesarias hoy en día.
P: Antes de pasar al último punto, ¿crees que el paso a la digitalización total se va a dar? ¿Se hará, poco a poco, de forma progresiva?
R: Yo creo que nunca se va a pasar a la digitalización total. «Nunca digas nunca», pero me refiero a que no va a suponer que ahora, de repente, vaya a ser todo digital. Lo que sí va a suponer es que, al igual que ha pasado a nivel educativo, pasará en todos los sectores.
La transformación digital, es algo de lo que ya se lleva hablando mucho tiempo, pues tarde o temprano debe ocurrir. Hay empresas que, en esta situación en la que nos encontramos, lo han tenido que hacer deprisa y corriendo. Entonces una vez se empiece a estabilizar la situación, pues empezarán a reflexionar y a definir otra vez cómo implementar bien esos procesos, tanto a nivel de cultura empresarial, como a nivel de gestión y de ejecución del día a día.
Por tanto, es algo que se ha puesto ya más en valor, pero como una necesidad básica de empezar a digitalizar ciertas cosas que finalmente te hacen ser más eficientes.
Si ya era algo en lo que se trabajaba, ahora casi todas las empresas van a aplicarlo. Pero claro, sin olvidarnos de aquellas partes manuales, de prácticas o de trabajos a los que no es tan fácil adaptar este modelo. No obstante, estoy seguro de que se pueden aplicar herramientas no para sustituir esos trabajos, ya que se seguirán haciendo así, sino para poder hacerlos más eficientes.
P: Para finalizar, ¿cuáles son las futuras líneas de trabajo de Smowltech?
R: Por un lado, en cuanto a la experiencia de usuario hacia el estudiante, como siempre, tratamos de hacerlo de la forma más sencilla posible (dentro de lo que se pueda).
Y también hacia el profesor, porque aquí igual muchas veces no se habla mucho al respecto. Los profesores poseen cada vez muchas más herramientas (que utilizan, sobre todo en la formación online). Entonces lo que hacemos es trabajar al máximo desde nuestra herramienta para que le devolvamos unos resultados, unas evidencias de manera sencilla y solo tenga que verlos y tomar una decisión en base a los criterios que él haya establecido. Eso en cuanto a experiencia de usuario.
Por otro lado, en cuanto a funcionalidades de nuestra solución, seguimos trabajando en diferentes niveles de seguridad. Por ejemplo, el control de entorno. También en utilizar y trabajar con el móvil mucho más, ya que al final, todo el mundo lo tiene o, porque es más probable utilizar un móvil que una webcam.
Para terminar, el último enfoque es la adaptación de nuestra solución a la metodología pedagógica de la institución. Ya lo hacemos, pero seguimos trabajando para que no solo se utilice en exámenes finales, sino también como una herramienta de evaluación continua. Así, se podrá evaluar siempre que es el usuario, el correcto, quién está adquiriendo ese conocimiento.
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