Entrevistas de música

ENTREVISTA | LIN CORTÉS La metamorfosis

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Charlamos con Lin Cortés que llega el próximo día 18 de enero a sala Potemkim en Salamanca. A lo largo de la conversación, exploraremos su evolución personal y musical, desde sus primeros pasos hasta el sofisticado concepto de su última gira, Metamorfosis. Hablaremos de su proceso creativo, el impacto del entorno en su arte, las colaboraciones con grandes figuras de la música, y su visión sobre la industria actual en un mundo dominado por el fenómeno digital.

P: Me atrapó desde el primer momento el concepto de la palabra – “Transformación de algo en otra cosa- y que la aplicaras a una gira que además es, como muy bien señalas, la consumación de un largo proceso creativo y de búsqueda interior. Es en mi modestísima opinión la definición exacta de Metamorfosis…

Sí, para mí la metamorfosis es algo que siento especialmente en directo, sobre el escenario. Es esa capacidad de pasar, por ejemplo, de una bulería a un rock, algo que ocurre de forma posible, inmediata y radical. Esa transición representa lo que para mí es la esencia de la metamorfosis. Desde pequeño, he estado expuesto a una enorme variedad de música, pero siempre desde la curiosidad y de manera natural, sin imposiciones. Esa riqueza de influencias musicales está ahí, inevitablemente aparece y me define. Además, cuando leí La metamorfosis de Kafka, me sentí identificado, porque conecta con esa idea de transformación constante que tanto me atrae y con la forma en que experimento la música.

 

P: Parecía “Gitanerías”  el álbum, una declaración de principios y una vuelta a donde todo parecía haber empezado. Desde la salida de ese disco (BMG 2020) a la llegada de la preciosa “Por el aire” han pasado varios años y muchas cosas en tu carrera, ¿lo ves ahora de forma distinta, sobre todo en cuanto regresar a la pureza del estilo, o forma parte del todo que es esta gira?…

Sí, yo creo que uno va cambiando a medida que cambian las circunstancias de su vida. Cuando hice Gitanerías, vivía en Córdoba, en una nave industrial, y eso marcó esa etapa, igual que lo hicieron álbumes como Evolución. Fue un proceso muy particular. Ahora vivo en Cádiz, junto al mar, rodeado de naturaleza, con los pajaritos, todo blanco, y claro, ese cambio de ambiente se refleja en mi forma de crear. Creo que el lugar donde estoy tiene una influencia directa en lo que hago.

Aun así, sigo siendo muy cambiante en mi música. Hay días en los que me despierto con ganas de funky y otros en los que me siento completamente flamenco. No busco nada en concreto; simplemente me dejo llevar por lo que aparece en mi cabeza y por la inspiración del momento. Creo que esa libertad es lo que conecta todas las etapas y estilos dentro de mi música y de esta gira.

 

P: A tenor de eso, indudablemente hay en tus canciones momentos que beben de fuentes a priori alejadas del flamenco ortodoxo, como los sonidos cercanos al Rock, al Soul o al Funky ( a nivel particular me encantó el acercamiento al Trap en aquel disco de 2019 “Indomable”) . Recuerdo oír a alguien atacar a los nuevos artistas que lo hacían hace años, en una postura un poco ridícula, pero el tiempo y el advenimiento de nuevas sonoridades – como las que engloba el paraguas de la Urbana- como músicas de masas, les han quitado la razón. Por supuesto que una cosa no quita la otra…

Mira, la verdad es que yo nunca he tenido problemas con las críticas, porque siempre he contado con el respeto tanto de los artistas más ortodoxos como de los modernos. Creo que eso viene de que, cuando hago flamenco, lo hago de verdad. Si me pongo a cantar una bulería, la canto como debe ser. Incluso cuando hago rock, le doy ese toque flamenco que me define.

El problema, creo yo, surge cuando las cosas se hacen de forma forzada. Ahora parece que todo el mundo mezcla cualquier cosa con flamenco, pero muchas veces sin ninguna raíz ni autenticidad. Y aunque a veces quienes critican pueden parecer demasiado radicales o rancios, no siempre están equivocados. Cuando algo no tiene sustancia o no está bien hecho, hay que admitirlo: es lo que es, y ya está.

 

P: El estreno de “Metamorfosis” fue en un sitio privilegiado como los Jardines del Generalife de Granada. Pero llevarlo a las salas imagino que  habrá supuesto un reto, con la banda amplia y la escenografía tan cuidada que tiene…

Claro, ahí está la cuestión. En el Generalife de Granada pude desarrollar el concepto de Metamorfosis tal y como lo imaginé porque había presupuesto suficiente para hacerlo. Es un proyecto que requiere una inversión importante: muchos músicos, mucha gente, y eso no siempre es posible.

Yo tengo dos bandas: un formato flamenco y un formato eléctrico. Para que Metamorfosis funcione como en Granada, necesito ambas, empezando por lo flamenco y terminando con ese toque punk. Esa es la esencia de Metamorfosis, pero no siempre se puede llevar a cabo de esa manera. O tienes un caché alto que permita cubrirlo todo, o simplemente no es viable desarrollarlo en su totalidad.

 

P: Llegas a Salamanca el mismo fin de semana del, al menos desde fuera, siempre comprometido paso por Madrid. Cada concierto será un mundo, imagino…

 

Sí, especialmente en Madrid, que siempre tiene ese algo especial. Tengo muchos amigos artistas allí, y siempre se une gente, lo que hace que cada concierto tenga su propio carácter. Aunque ya tengamos todo montado, siempre hay espacio para la improvisación y para que pasen cosas inesperadas. Cada concierto es único, y esa energía en cada ciudad es lo que hace que cada uno sea diferente y especial.

 

P: Me resisto a no preguntarte por todas las colaboraciones que has hecho, sobre todo me llamó mucho la atención tu paso por aquel grupo que se llamó A Band Of Gypsies y que acompañó a Howe Gelb (el inmenso pope de Giant Sand) en un disco de 2010 a mi modo de ver incomprendido. Me refiero a “Alegrías” en el que además te acompañaban Raimundo Amador, Juan Fernández Panki y Antonio Fernández. 

Este proyecto comenzó gracias al contacto que tenía Fernando Baca, un productor de Córdoba. Me llamó mientras estaba con Howe Gelb en su casa, donde estaban grabando, y me pidió que me uniera. Aparecí con la guitarra, comenzamos a grabar y, como yo ya estaba tocando con Raimundo Amador, se lo comenté. A Raimundo le encanta involucrarse en todo tipo de proyectos y se apuntó al instante. Después, se unieron Panky, Gil y Antonio Fernández, y formamos una banda que nos llevó a hacer una gira increíble. Estuvimos por lugares como la América profunda, Tejas, Arizona, tocamos en una iglesia en Londres, en París… Fue una experiencia muy interesante y divertida, realmente guay.

 

P: Aparte de eso hay muchos otros nombres, de Rosalía a Kiko Veneno o el mismísimo Buddy Miles o Alana Sinkëy, y no se si te gustan hacerlas habitualmente, o cuando compones o piensas en la canción que sea, la imaginas con ese nombre en mente haciéndola contigo…

A mí me gusta que las colaboraciones surjan de manera natural. Por ejemplo, en el caso de Rosalía, fue ella quien me llamó. Ella sentía que mi voz encajaba en una bulería, y nos lanzamos a la idea. Fue algo que surgió de su iniciativa.

Con el baterista de Jimi Hendrix, Vladimir, fue diferente. Me llamó Raimundo Amador, que estaba girando con él por España, y me invitó a unirme a la gira. Tocar con el batería de Hendrix fue una de las experiencias más impresionantes que he vivido, fue un espectáculo total. Vladimir es el tipo que ha influido en la forma en que todos los bateristas tocan hoy en día, y eso fue algo que disfruté muchísimo.

También he tenido la suerte de colaborar con Vicente, uno de mis guitarristas favoritos, y con Estrella Morente, a quien admiro profundamente. He tenido muchas experiencias bonitas tocando con gente a la que respeto mucho, y siempre me siento agradecido por esas oportunidades.

 

P: Roles. No solo el de artista, sino además compositor y productor de otros artistas. ¿Es difícil separarlos?, también es imposible no preguntarte en cual estás mas a gusto, aun a riesgo aunque sea de pura lógica que me digas que en todos. Pero son trabajos completamente distintos (¿…?)…

La verdad es que nunca he compuesto canciones a medida para otros. Componía mis canciones y, si veía que le podían encajar a alguien o si a alguien le gustaba, pues se las daba. Por ejemplo, mi hermano tiene varias canciones mías, y en el caso de Susi, una gran cantaora que tristemente falleció durante la pandemia, también le di alguna canción que le gustó. Pero no suelo hacer canciones específicas para otros artistas. Mi proceso de composición es bastante personal, y últimamente, no estoy entregando canciones a nadie, ya que me cuesta mucho sacar una canción y tardo bastante en componer. Así que, por ahora, he decidido no dar nada.

 

P: Me es imposible no preguntarte por tu opinión del estado actual de la escena musical. El sobado 2.0 constante, me refiero a que parece que sino estás un día en instagram has muerto, la necesidad de sacar cosas nuevas constantemente, el olvido de los formatos físicos y la aparente apatía de los oyentes que tritura carreras enteras en minutos cuando de un día para otro dejan de oírse…

Mira, hay algo claro: para alguien como yo, que rechaza las compañías discográficas y prefiere ser libre, las redes sociales son una gran herramienta. Si no fuera por ellas, no sé cómo llegaría al público, ya que sin redes sociales necesitarías una discográfica que te promocione de la vieja escuela. Sin embargo, también tiene su lado negativo. Hay artistas que sienten la presión de sacar canciones todos los días, de subir contenido constantemente, y eso puede ser agotador. A mí me riñen muchas veces, diciéndome que debería subir más contenido, pero la verdad es que no soy fan de hacerlo solo por obligación. No me interesa el postureo ni estar constantemente mostrando mi vida, aunque reconozco que, por un lado, las redes tienen cosas positivas, como la cercanía con los seguidores.

Paco Jiménez
El Rock n Roll es más grande que la vida

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