Entrevistas de música

ENTREVISTA | ALCALÁ NORTE, Ciudad lineal

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Es uno de los grupos del momento, y no es para menos después de escuchar el estupendo “Alcalá Norte” (Baluanka 2024), su primer disco homónimo. Originarios de Ciudad Lineal, en Madrid, su oscura energía rockera llena un repertorio único que se caracteriza por sus letras y un dinamismo que combina pop y rock alternativo en abundancia. Charlamos con Álvaro Rivas, la voz del sexteto (Carlos Elías y Juan Pablo Juliá en las guitarras, Pablo Prieto en el bajo, Laura de Diego en los teclados y Jaime Barbosa en la batería) para que nos cuente más sobre este prometedor proyecto.

P: Me gusta mucho la historia alrededor del nombre de la banda. Sois de Ciudad Lineal, pero cuando se lo ibais a poner al grupo ya estaba pillado y un amigo os lo sugirió…

Así es. Menudo bajón supuso no poder llamarnos Ciudad Lineal. Nos consuela saber que los barceloneses Ciudad Lineal son una banda muy querida por parte de nuestro público cucarachero postpunk. ¡Vivan las cucarachas! Se disolvieron poco antes de que nosotros nos embarcásemos en esto; seguro que el demiurgo no nos quiso tener en activo juntos. Sería bonito que volviesen y que nos juntásemos en alguna ocasión sobre el escenario.

P: Balaunka, vuestro sello discográfico, ha tenido mucha visión con vuestro potencial y se decidió a sacar adelante el disco. Su catálogo es muy recomendable (La Excavadora, Olatz Salvador, Huntza…) y no demasiado extenso, lo que asumo que implica una fuerte apuesta por vosotros. ¿Cómo os decidisteis a fichar por ellos?

Son viejos amigos de nuestro apoderado, el Jose (es conocido como el Gerpe). Balaunka fue el primero de los dos sellos con los que nos reunimos. Jose escribió a toda su agenda, que es extensa, para ver si alguien apostaba por nosotros. Pero solo el Ñako, capo de Balaunka, mostró interés. La realidad es que tanto el Jose como el Ñako nos parecían un poco frikis, seguramente por venir recomendados por Carlos Elías, alias Dr. Rock, el friki mayor del reino. El Jose venía del mundo del hip hop y el Ñako era un rudo vasco al que difícilmente se le había perdido algo en Madrí. Como no nos fiábamos de ellos, primero empezamos a trabajar con el otro sello con el que nos reunimos, dejando fuera de la ecuación al Jose. Las cosas no fluyeron bien con esa gente, así que volvimos llorando a Jose, quien nos acogió con cariño y se volcó en nosotros. Finalmente nos enamoramos de los vascos, con los que trabajamos la contratación (en parcería con Jose), lo discográfico y lo editorial.

P: Quería preguntaros también por el trabajo de Carlos Elías, vuestro productor en el estudio La Cafetera de Chamberí, que a mi parecer ha sido estupendo. ¿Teníais claro que lo haríais con él? ¿Cómo fue la grabación?

Sí, siempre supimos que sería con él. El proyecto del álbum nace directamente de él: «tenéis que grabar un disco ya o perderéis la inercia y la pasión». Sabíamos que tenía razón. Dejar un disco grabado nos procuraría calma y disiparía el miedo a haber perdido el tiempo soñando con Alcalá Norte para luego no hacer nada serio. Aquello de cerrar etapas y tal. Un año antes de grabar este disco ya habíamos trabajado con Carlos. Grabamos en su estudio dos canciones que nunca vieron la luz, pues el resultado no fue satisfactorio. En aquel entonces, nuestra formación era diferente y nuestros desencuentros humanos se dejaban oír en esas grabaciones. Pero el año pasado todo fue distinto. Carlos y Alcalá Norte se conocían mucho mejor. En esta ocasión, casi todo lo grabó el Carlos. El Admin, nuestro bajista, y Pedro Buisán, nuestro antiguo bajista, lo ayudaron en algunas canciones. El trabajo con Carlos fue tan enriquecedor (como mentor y productor) que se nos hizo natural proponerle ser el guitarrista de la banda.

P: Imposible que no nos contéis la idea para la portada del álbum. ¿Es de Markusiano (Marcos Crespo de Depresión Sonora) o lo he entendido mal?

¡Demonios! ¿Por qué habría de ser del Marcos? Un saludo para el Siano. La portada es un diseño de Quirze, un coleguita catalán nuestro, en su trabajo guiado por Diego, otro coleguita catalán. A estos dos los conocemos de nuestra fallida época trabajando con el otro sello con el que nos reunimos.

P: Perdón por ahondar en algo que os preguntarán constantemente, pero se me hace complicado no preguntaros por las letras y por Ernst Jünger. No quisiera quedarme solo en eso, pero el disco tiene un montón de letras increíbles (“El Rey de los Judíos” es mi favorita)…

Me pegó fuerte el Jünger. Estudiar es lo que más feliz me hace. Jünger es uno de esos amigos de otro siglo que he ido haciendo durante mis años de pasión estudiantil. «La sangre del pobre», la canción que abre nuestro álbum, está sacada de un panfleto de Léon Bloy, un tipo al que conozco por Jünger. Nuestro tema «Langemarck» viene de una frase del libro El Trabajador, del Jünger de los años treinta. La primera estrofa de «No llores, Dr G» es una deformación de un verso de Goethe al que llegué por Jünger. Las dos primeras estrofas de «La calle Elfo» las he sacado de escritos de su hermano, Friedrich Georg Jünger. También en esa canción se cuela una reflexión de Enrique Ocaña sacada de su tesis doctoral, consagrada a Jünger. Seguro que me dejo algo más. «El rey de los judíos» la empecé a escribir fijándome en el evangelio según San Juan, también por influencia de Jünger, muy joánico él. Luego terminé recurriendo a otros evangelistas para completarla.

P: La gira para presentarlo es muy extensa y llenísima…

Necesitamos rodaje. Nada mejor que una gira para garantizarlo. Hemos tenido un verano inesperado alternando festivales humildes y otros de altísimo prestigio. Pero nuestro foco siempre estuvo en la gira de salas que acaba de comenzar, donde Salamanca es apenas la tercera fecha. Visitar cuantas más ciudades sea posible, en los locales de ocio habituales, era un movimiento natural. Y después habrá que volver a ellas, pues dicen que la primera visita a una ciudad sirve para atraer curiosos y fidelizar a quien salga contento de tu espectáculo. No tiene sentido ir una vez y no volver. Además, ¿cómo te van a contratar para un festival tocho, bien pagao, si el promotor no sabe cuántos salmantinos o zamoranas se acercan a verte en las salas de su ciudad?

P: No quisiera acabar sin que me dierais vuestra opinión sobre la escena de Madrid. Vista desde fuera parece inabarcable y hasta los topes de artistas y propuestas…

Madrí es enorme. Hay tropecientas escenas que se entretejen y comparten bares y otras referencias. Nosotros venimos de la escena del cucaracheo postpunk, donde éramos una más de las doscientas bandas que siguen la estela del Siano, mencionado previamente. ¡Grande el Marcos y sus depres! Ahora somos indies. La culpa la tiene el Carlos, que metió su guitarra en el álbum acercándonos al pop rock hegemónico en Madrí (La Paloma, Carolina Durante…). Era su costumbre y la respetamos.

Paco Jiménez
El Rock n Roll es más grande que la vida

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