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Dos noches con Carameloraro. Granito Rock. Alba Fest. Los Santos, Alba de Tormes. Salamanca

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Estoy mirando a David Hernández  encima del escenario y me acuerdo de una cosa que decía John Sinclair – el pasado me acompaña, pero ya se fue- y que parece ahora, en la escena musical del 2.0, mas insólita que nunca.

Es la segunda de las dos noches seguidas en las que me enchufo al directo de la banda en la que canta y toca y la guitarra, y no es casualidad que lo primero que centre estas líneas sea el hecho de que Carameloraro son un grupo jovencísimo  que ha elegido hacer Rock, en unos tiempos en que la mayoría de su espectro opta por escuchar y entronizar la Urbana y la Electrónica algo a lo que, dicho sea de paso, nada se debería objetar mas allá de gustos personales.

Hacer de menos o directamente menospreciar lo que ha ocurrido en la música independiente (sobre todo al principio) en los últimos años con la irrupción del Rap, el Trap y las subestaciones que acoge debajo el paraguas de la Urbana y la cultura del DJ como aglutinadores de masas, es a mi parecer cometer un error garrafal, por que como en todas las escenas hay cosas mejores, cosas peores y cosas para directamente olvidar  . También lo he escrito hasta la saciedad hablando de la supuesta muerte (¿…?) de los estilos tradicionales. Nunca el Rock, el Pop, el Indie o cualquiera que mienten ha estado tan en forma, con tantas propuestas talentosas y tantos artistas increíbles, que además llegan a todas partes sin problemas casi al instante de crearse.

Así es que por esa parte no es.

Lo que llama la atención de un servidor es verles abrazar los postulados del estilo con ahínco mientras flotan por arriba los nombres que surgen al amparo de sus canciones, de Sidecars a Los Ronaldos pasado por el omnipresente Fito o Pereza, y hacerlo con cierto desparpajo además. Y eso amigos tal y como está la cosa ahora mismo con los clientes potenciales, la gente mas joven, que está, repito, mirando para otro lado, no tiene precio.  La llegada de los nuevos temas, han trabajado con José Caballero en los Neo MusicBox de Castrillo de la Vega y no hará falta que les hable del currículo del hombre que ha grabado a casi todo el mundo que imaginen, y la gira a pico y pala (así es como deberían ser todas) que se pulían este verano con un buen puñado de paradas, en la que como escribía de ellos hace algún tiempo debería haber muchas mas fechas fuera de la provincia, hacía imprescindible el reencuentro con el grupo -eran la séptima u octava vez que les veía – para el que suscribe.

Las dos noches no pudieron ser mas diferentes y con matices importantes en ambas.

Foto. Víctor Iglesias

Foto. Víctor Iglesias

Sería una obviedad hablarles de lo distinto que es el publico de las citas estivales que puebla los festivales que se hacen a la sombra de las fiestas del lugar que los acoge, del habitual de los conciertos.  Ya sea en los que nos ocupa, en Salamanca o en donde quieran mirar. Simplemente está a otras cosas, en Alba la segunda noche fue muy palpable mas allá de las gloriosas primeras filas, y lo que ocurre encima de las tablas es por desgracia solo una cuestión secundaria. Por supuesto que es entendible, pero no por eso deja de ser chocante.

Siempre es una toalla considerable ejercer en los primeros puestos de un festival, y mas en uno tan legendario como el Granito Rock que cumplimentaba su trigésima primera edición nada menos en el pueblo de Los Santos, y no sabría decirles hasta que punto pasó factura a la banda. Lastrados al principio, pero es que al día siguiente en el colmo de la mala fortuna les pasó lo mismo, por ciertos problemas de sonido, ofertaron una comparecencia lejos de la brillantez que me había atrapado en otras ocasiones. Y no será por canciones desde que abrieron con “Todo a Deber” y “En Llamas”, ni por el trabajo optimo de cada uno (Alberto Torres en la guitarra, Alejandro Ignacio al bajo, Iván de Castro a la batería y el ultimo en incorporarse Diego Pindado a los teclados, además de Hernández), pero parecían estar a otra cosa, fue notable en el estreno de la nueva “La Dama de Azul”, con el piloto automático puesto en un slot perfecto de hora que debería haber prendido fuego al sitio (por que,  y esto es el quid amigos, pueden hacerlo doy fe)  y en un tiempo además, cuarenta y cinco minutos, ideal y suficiente como se vio al día siguiente.

Me guardo, poco, en la memoria cuando acaban, la traslación de “Dura Decisión” y ese cañón que es “Brindis al Sol”, en un setlist con (que maravilloso esto) pleno de propias, y los bailes sinceros que echa el publico.

La cita de Alba de Tormes se enclavaba dentro del Alba Fest y no pudo ser mas distinta, aun con el equipaje de la excesiva extensión que hizo bajar el ritmo del concierto por momentos, y que planeara el monstruo, me refiero al tedio, de los bolos muy largos. Desde que abrieron con brío y aplomo, las guitarras de Torres y Hernández y su voz característica  que les da un plus, sin parones ni discursos, junto con el empaque que proporcionan ahora al conjunto los teclados de Pindado, el buen hacer en el movimiento continuo (lo reconozco lo eché de menos el día antes) de Ignacio en el bajo y el kit preciso de De Castro, se pulieron esta vez un cancionero con todo el álbum homónimo (su primer lanzamiento de 2023) si no conté mal, mas parte del ultimo material.

De ahí es imposible no hablarles de lo estupenda que quedó “Luna” y sus guitarras que me hicieron pensar en los Eagles, del teclado bajo la estructura de “Dentro de Mi” con su contagioso estribillo, de lo bien que pinta lo nuevo que nos enseñaron con ese medio tiempo delicioso que es “Leones” a la cabeza pero con “Inquebrantable” siguiéndole con ganas, y que además evidenció algo obvio. Me refiero a lo diferente que suena y actúa la banda cuando Hernández coge la acústica o la eléctrica,  el alargue de “Como un Pirata” fue muy atinado, y que selló el celebérrimo “Brindis al “Sol” una comparecencia que con media hora menos hubiera sido perfecta (me salto las revisiones de Fito y Sidecars por que no me importan en lo mas mínimo y no entiendo mas allá de rellenar espacio que pintaban allí , en mi modesta opinión lo realmente importante eran sus temas), y que consiguió sobre todo en su ultima parte franquear un poco el abismo insondable que parecía haber, vuelvo a lo de antes, con un publico que andaba a lo suyo.

Foto. Víctor Iglesias

Foto. Víctor Iglesias

¿Deberíamos congratularnos por que tenemos banda?.

Si. Sin duda. Pero nadie ha dicho que el camino que viene no vaya a ser largo y farragoso.

Paco Jiménez
El Rock n Roll es más grande que la vida

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