Tenía el que suscribe mucha curiosidad por ver el planteamiento de la primera edición de un evento que esperemos abra las puertas para que puedan llegar muchos más a un recinto que alberga unas posibilidades, cuando menos a no despreciar. Me refiero a la institución ferial de Zamora, el Ifeza, y que como luego se vio resultó absolutamente acertado para poder desplegar la batería de medidas sanitarias imprescindibles para cualquier acto de masas a día de hoy.
Y permitan que me salte la ya cansina discusión de las sillas, las mascarillas, el gel o las separaciones. Ya lo dije hace meses. Es esto o nada, así que superémoslo y a intentar adaptarnos lo mejor que podamos. Tampoco les voy a hablar de la heroicidad que supone programar algo en estas condiciones fuera del circuito de lo público. A la vista está. La cuota de optimismo generada en los últimos meses, todo lo que se está anunciando para el próximo año en unos formatos gigantescos, está por ver si se podrá cumplir y si hacemos caso a lo que se vislumbra, glups tierra trágame, será como poco extremadamente difícil de llevar a cabo. Los ensayos y pruebas que se han venido haciendo, es cierto, tienen buena pinta, pero repito: está por ver.
Era el acto de inicio del cartel un guiño (adrede o no, ni idea) para iniciados. El que suscribe había podido ver a Flipe VI en un par de ocasiones y la idea de que abrieran el día con su Crust cavernícola y sucio no podía seducirme más. Iniciaban su comparecencia justo cuando un servidor se enchufaba al sitio y no decepcionaron. Y es cierto que es muy duro pulirse “Cristo Redentor”, “Garrote” ó “Plaga” amarrado a un asiento, pero sería mucho más no haber podido verlo. Fueron brutos y crudos y aunque en las distancias cortas, me refiero a una ocupa o una sala pequeñísima, ganan mucho más, se merendaron el papelón de abrir (que no tenían temas para llenar su tiempo, decían) ante los valientes que se habían acercado ya tan temprano. Había visto a La Excavadora hacia unas semanas en una sala y, como siempre, Pela me había conquistado. Parece formar parte de esa extirpe de vocalistas que engloba nombres como Prevost, Johansen o Monroe, y más sabiendo que es el Ramone más longevo de la banda de Marky. Las propias (“Futuro”, “Ceniza”), las adaptaciones de los Damned, Pistols y Motorhead, el recuerdo a Gatillazo (“Esclavos del Siglo XXI”) evocando el currículo de los miembros de la banda, el tipo parece poder con todo y salvaron los muebles con dignidad.
El problema con Def Con Dos en mi opinión es que todo el ultimo material palidece al lado de lo antiguo. Y aunque Barranco y Strawberry hacen lo que pueden por que no sea así, la adaptación de “La Culpa de Todo la Tiene Pablo Iglesias” fue un buen ejemplo, sale a relucir en cuanto abordan must como “El Coche” o “Edipo Rey”. Mención especial al trabajazo de Jesús Arispont que simplemente estuvo en maestro, cubriendo en este formato guitarras, bajos y mil cosas más. Tierra Santa echaban el cierre y, en mi caso al menos, aunque haga tiempo ya desde la ultima vez que te los encuentras son en lo suyo una garantía (poder volver a oír en directo “Sangre de Reyes”). Y eso que el frío en el asiento y la espera tediosa de las pruebas (me quito el sombrero cuando el propio director del festival, con muy buen criterio, ordenó arrancar) parecía estar en su contra.
Ojalá sea posible que se convierta en cita obligada cada año.
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