EL SEDUCTOR
UNA CRÍTICA DE “LA MUJER QUE SABÍA LEER”
Marine Francen debuta en el largo con este estupendo largometraje basado en una novelita escrita por Violette Ailhaud titulada “L’homme semence”. La directora Marine Francen ha trabajado como asistente de dirección con Michael Hanecke u Olivier Assayas. El título de la película es “Le Semeur” (El sembrador). El título posee la doble connotación del que siembra la tierra y la vida. Trata sobre cómo unas mujeres en una aldea de los Alpes, a mediados del siglo XIX, en la época del golpe de estado de Napoleón III en la que los hombres son hechos prisioneros por haber abanderado la república y ellas tienen que salir adelante solas al cuidado del campo, cosecha s, animales, etc. Realizan un pacto entre ellas por el cual si encuentran un hombre que les pueda ayudar en salir adelante con todas las tareas agrícolas, se lo reparten como si de un semental se tratase. Pero el hombre se enamora de una de ellas que es la única que sabe leer, como reza el título. Este es el arranque de una película notable de una directora novel en el que realiza un trabajo estimulante y bien trabado narrativamente y en el que el trabajo coral de las actrices es tan importante como el de la propia protagonista, Violette interpretado de forma sensible por Pauline Burlet y Alban Lenoir, su personaje Jean, como el hombre que viene a despertar los deseos de las integrantes de ese pequeño pueblo , además de contribuir con su físico toda colaboración en los trabajos más duros del campo El título que he puesto tiene que ver, por supuesto, muy por encima, con uno de los títulos excelentes de Donald Siegel que realizó con Clint Eastwood en 1971, “El seductor” (The Beguiled”) en el que un herido de guerra en la época de la Secesión americana es atendido por una residencia de mujeres y cómo despierta los celos de ellas y convierten en un infierno la estancia del soldado en la misma. Aquí solo se coge la anécdota de un hombre que sacia las necesidades sexuales de unas mujeres que les han sido arrebatados sus maridos o novios. A mediados del siglo XIX, Francia vivió uno de los episodios más terribles y menos conocidos de su historia. Después del golpe de Estado de Napoleón III, que se proclamó emperador, arrancó una masiva purga de disidentes marcada por la brutalidad y la barbarie. Inspirada en las memorias de la propia Violette, la directora nos cuenta por qué este filme, ganador del premio Nuevos Directores en el último Festival de San Sebastián, participa del debate actual sobre la situación de la mujer al mostrar «mujeres fuertes» que deciden organizarse y cooperar ante la tragedia. Hay una similitud en el hecho de que hay una comunidad cerrada de mujeres a la que llega un hombre y se convierte en objeto de deseo, según las palabras de la propia directora. A diferencia de la película de Siegel, “El seductor”, el punto de vista está desde el punto de vista de la mujer, los deseos de las mujeres frente al masculino y no al revés como aquélla.
La fotografía está muy bien cuidada, con una excelente iluminación y dominan los colores tierra como el amarillo, marrón y los ocres, también hay dominio de claroscuros. Hay inspiración en pintores de la época que se está relatando como el francés Delacroix, y el inglés John Everett Millais. También me recuerda al inglés William Hogarth con esa iluminación contrastada,aunque este pintor es del siglo XVIII.
La narración fluye de forma lenta pero segura sin atisbos de aburrimiento. La puesta en escena es sencilla pero no neutra y es coherente. El elenco electoral es excelente ya que, aunque haya una protagonista, el resto de los personajes femeninos, además del masculino, realzan la calidad interpretativa del conjunto. Una película, en definitiva, recomendable.
Me parece una crítica totalmente constructiva, y basada en certeros comentarios que recogen los diferentes aspectos que refleja el film. Muy interesantes los paralelismos que se establecen con la pintura.
Unos comentarios a tener en cuenta.