No creo que la posición en la tabla de Belako sea discutible. Simplemente a entender del que suscribe, son uno de los mejores grupos del país, y tal vez debiera añadir que además milito en el seno de quien opina que probablemente sea el combo mas importante de su generación. Tienen un cancionero impresionante lleno de obras magnas, y no me refiero solo al celebérrimo “Plastic…”, que envidiaría cualquier banda, su pericia instrumental está fuera de toda duda y baste mirar a cualquiera de los cuatro , giran constantemente por todo el mundo consiguiendo vivir de su música, y además cuentan con el reconocimiento de publico y prensa y de sus compañeros de escena. De ahí que un servidor no entienda el ambiente de ensayo que se respiraba en los intermedios entre canciones, o el nulo llegar al publico cuando mirabas a una Sala B que (deberíamos hacer un estudio riguroso sobre la asistencia del publico de la ciudad a los conciertos, por que no se concibe que solo reunieran poco mas de cien pax en un bolo que en teoría debió ser soldout sin esfuerzo) parecía mas estar en una clase de doctorado que en un concierto hasta la ultima parte, sin casi bailes ni cantes, tan solo con apenas unos movimientos de cabeza. Y no será por lo que nos enseñaron desde que abrieron con un inmenso “Tie Me Up” y la empalmaron con “Siréne”. La voz de Cris Lizarraga transportaba, es cierto, pero la interacción con el publico era casi nula con dos temas que son una, no hay otra palabra, maravilla, y a eso me refiero por que fue la tónica general de todo el pase. La puesta en el escenario del ultimo álbum, el estupendo “Sigo Regando”, comenzó con “White Lies” que no me canso en señalar como una de sus canciones mas cinematográficas, llena de texturas y cierta melancolía con la guitarra de Josu Billelabeitia en la parte central y su voz fundiéndose con la de Lizarraga y ese final estratosférico que ponía la piel fina, para dar paso a “Saguzarren Kanta” con la voz pasando del susurro al grito y un trabajo instrumental poderoso y brutal (Lore Billelabeita al bajo fue un must, pero Lander Zalakain y su batería se llevaron el premio gordo ), y la preciosa superposición de las dos voces en “Orein Orain”. Llamaba la atención que autenticas obras de orfebrería en forma de canciones como “Nice Church” o “Render Me Numb” el empalme tremendo de “AKLR” con “Hong Kong Com” o “Tangerine” (que guitarras la abren y como debimos bailarla cuando muta a ratos rapidísima) no parecieran calar entre el personal, y era una tragedia. El electropunk de “Sangre Total” con las estrofas mas claras de la noche – “a mi no me cuida el policía, a mi me cuidan mis amigas”- o como van a “Eurie” con Zaldi Baltza” que es pura energía y que nos tendría que haber obligado a pedir oxigeno (a todo esto “Sea of Confussion” no apareció, pero ya escribió un servidor de esa canción en la crónica para esta casa de su anterior venida y si han decidido sacarla del setlist tendrán sus razones) y nada, ayudado por lo que se pulen mientras enfilan el ocaso con el tremendo “Over The Edge” y “The Craft”. El bis fue precioso con “Marinela 2017” extendiendo su poderío casi epico que suscitó unos tímidos remedos de querer entrar el publico al bolo, y ese final ya conocido con las dos covers fundidas, la hipnótica traslación del “Paper Planes” de M.I.A. (cuesta no destacar lo increíble que la hacen) y superpuesta el “En Blanco y Negro” de Barricada para una noche que debió obligarnos a salir en ambulancia de allí.
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