cultura

ACCEPT, Sala La Riviera. Madrid.

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Nadie parece recordarlo ya e incluso, si insistes, te dirán que te lo estás imaginando y que eso nunca ha pasado. Pero si que pasó. El cantante original de Accept vino a tocar a Salamanca, a Potemkim para ser exactos, en una de las noches mas bizarras, por extrañas me refiero, en el sitio. Y aunque he de reconocer que no conservo en la memoria como lo hizo, ocurrió. Cuando entro en la Riviera me acuerdo de aquella noche. Del bus enorme que el tipo plantó enfrente de la entrada y de que me pareció, no se por que, que el hombre veraneaba en Benidorm (¿…?).

Con una entrada impresionante, todo el papel agotado y mas de dos mil pax en la sala, un servidor no entiende muy bien a santo de que el grupo alemán optó por que una banda de covers fuera la encargada de abrir los conciertos en suelo patrio. No hará falta escribir aquí de la cantidad ingente de grupos que hay en la escena del Metal, nacional o internacional, que habrían cuadrado en una oportunidad como esa, y que están haciendo cosas propias increíbles con un talento arrollador. Obviamente cada cual a lo suyo con sus decisiones, faltaría mas,  pero parece cuando menos absurdo.

No creo que nadie en su sano juicio que ame el estilo, pueda discutir el legado impresionante de la banda en los cuarenta años que llevan en activo.. Garantes de una discografía llena de momentos influyentes en lo que ha venido después, y con un nombre, me refiero a Wolf Hoffman que se ha echado el peso de la banda al hombro,  y la pericia que tuvo al elegir al sustituto de Dirkschneideren la figura del estadounidense Mark Tornillo a la sazón vocalista de  TT Quick, han propiciado que la leyenda de la banda no haga otra cosa que crecer, mas allá de discutir, como con cualquier artista, si las ultimas grabaciones son mejores o peores o, este es el quid, están a la altura de la historia del grupo.

Venían a presentar “Too Mean Too Die”  su ultimo lanzamiento, y no les negaré que impresiona ver como esos dos parecen estar en su tercera o cuarta juventud. El peso del show, van con tres guitarras con la incorporación ahora de Philip Shouse, lo llevan ellos y no debemos olvidar que el uno, Hoffman, calza 63 y el otro tipo, agárrense, 68. La lista de canciones que despachan en un set-list  generoso y cerrado para toda la gira por lo que parece, dos horas de show,  cubre casi prácticamente todas la épocas del grupo y desde que salieron con puntualidad extrema se aplicaron con enjundia  y una impecable profesionalidad en el.

Foto. Irene de Anta

Abrieron con dos temas nuevos, “Zombie Apocalypse” y “Symphony Of Pain” y la tercera ya fue el celebérrimo “Restless and Wild”, seguida de la estupenda “Midnight Mover”, y de ahí al final mentiría si no dijera que hubo muchos momentos para la emoción. El brutal medley que hacen con “Demons Night”, Starlight”, Losers and Winners” y “Flash Rockin Man”, el recuperado “Breaker” (lo reconozco, esto me sorprendió), el poder ver seguidas “Princess of The Dawn”, Fast as a Shark” y la tremebunda “Metal Heart” y el bis con “Balls To The Wall” y “I´m a Rebel”. De todo el material nuevo impresiona como trasladan “Teutonic Terror” empalmándola casi con “Pandemic” ó el paso a cámara menos lenta de “The Bests Yet To Come” que resultó una rara avis en un bolo demoledor, y que evidenciaron que lejos de vivir de exhumar el cadáver cada cierto tiempo cuando las ganas o, mas prosaico pero cierto, la pasta afloran, pueden ser capaces todavía de construir buenos temas.

Imperdible.

Paco Jiménez
El Rock n Roll es más grande que la vida

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