El fenómeno de las series juveniles de Netflix

El 1 de febrero de 2013 Netflix sorprendió a la industria y a los espectadores estrenando todos los episodios de House of Cards, su primera gran serie, con un solo clic. Cinco años después, seguimos debatiendo la efectividad de una estrategia que hace que la presencia en la conversación de sus producciones sea efímera, pero lo que es incuestionable, es que con este modelo Netflix cambió el panorama televisivo.

Hoy son varias las compañías que han seguido sus pasos y la oferta de televisión en streaming no deja de crecer, pero siempre ha sido Netflix la que ha marcado el ritmo a seguir. Revolucionó la forma de consumir series y dio origen al término “efecto Netflix” cuando el estreno de la quinta temporada de Breaking Bad en AMC consiguió más del doble de espectadores de la temporada anterior gracias a todos los que decidieron ver la serie porque estaba disponible en la plataforma. Un fenómeno que se repitió recientemente con la segunda temporada de Riverdale.

Ahora también podemos disfrutar de la libertad de consumir temporadas de estreno a nuestro ritmo en otras plataformas porque han decidido, o se han visto obligadas, a seguir su ejemplo, pero hay un área en la que Netflix sigue llevando la ventaja (además de su presencia global): un catálogo de producción original de crecimiento es constante.

Con sus series propias, Netflix ha demostrado que su intención nunca fue ocupar el lugar identitario de ninguna otra cadena de referencia, lo que Netflix ofrece es la posibilidad de acceder a producciones que podrían estar en todos esos canales. Netflix es el mando con el que antes zappeabamos a través de todos los canales que teníamos contratados hasta que encontrábamos lo que queríamos ver.

La comodidad que le ofrece a sus usuarios saber que el día del lanzamiento tienen todos los episodios de la temporada, y la frecuencia de estrenos, han conseguido que sus suscriptores estén predispuestos a darle por defecto una oportunidad a las series nuevas de Netflix, una oportunidad que probablemente no le darían a las mismas series si se hubieran programado inicialmente en otra cadena.

El fenómeno de las series juveniles de Netflix

Hace unos meses publicamos un artículo con las 10 series de streaming más populares del primer cuatrimestre de 2017, basado en las estadísticas de la consultora Parrots Analytics.

En aquel momento, centramos nuestro análisis en la hegemonía de Netflix sobre sus competidores en cuanto al número de series que consiguió colocar en los top 10 y top 25 de los nueve territorios contemplados en el informe. Su estreno de primavera, Por trece razones, estaba en el primer puesto de ocho de los nueve territorios; en el restante, estaba en cuarto lugar.

Recientemente Parrots Analytics ha publicado el informe The Global Television Demand Report correspondiente a los doce meses de 2017. La serie más popular fue Stranger Things (T2), en el primer lugar de nueve de los diez territorios analizados y segunda en el restante; Por trece razones, es la siguiente, ubicada en el top 3 de ocho territorios, y fue la más popular en Australia.

El fenómeno Stranger Things nos pilló a todos por sorpresa, a Netflix también; pudieron conjugarse a su favor muchos elementos que no eran del todo azarosos, como su fecha de estreno (verano), o el factor nostalgia. Pero luego ocurrió algo parecido con Por trece razones.

Lo que llama la atención de la popularidad de ambas series es que tienen un elenco juvenil y consiguieron trascender el perfil demográfico al que podían ir dirigidas inicialmente, o en teoría, para llegar a un público mucho más amplio y adulto. Así lo demuestra su alcance de popularidad, el ruido que generan en redes y la cobertura que han tenido en todos los medios especializados y generalistas.

Con tonos, géneros y temas de interés distintos, ambas siguen siendo, en esencia, series de instituto, esas a los que los fans de los dramas de HBO o las dramedias de Showtime habrían ignorado totalmente hace sólo un par de años. Y el fenómeno no se ha detenido ahí, lo mismo ha ocurrido con The End of the Fu**ing World, Everythings Sucks o American Vandal, todas son series etiquetadas dentro de la categoría de género juvenil dentro de la plataforma y usuarios de todas las edades y perfiles han decidido acercarse por una simple razón: se han estrenado en Netflix.

Vienen más producciones como estas en camino. Pronto escucharéis hablar, o veréis como incorporación en el catálogo, series como On My Block, Insatiable, The Rain o The Innocents. En España producen la serie Élite y en Estados Unidos está en marcha Sabrina, para la que ya se han ido confirmando los fichajes de los personajes protagonistas, incluso Salem, el gato.

Con su estrategia de producir series para el público joven, Netflix seguramente pretendía seducir a los que espera que sigan siendo sus clientes cuando se independicen del hogar familiar, pero también ha conseguido interesar al público general. Cualquier factor que consiga que nos liberemos de los prejuicios nos parece digno de destacar, aunque estemos refiriéndonos a algo tan banal como el consumo de series. Puede que todos esos espectadores que están descubriendo que las series juveniles también pueden ser interesantes, se animen a ver de una vez Supergirl, aunque sea de la CW.

Artículo https://fueradeseries.com