Montones de jóvenes esperan impacientes en los laterales de la sala de prensa Mocha en COP25. Entre trajes y corbatas, es el turno de que los jóvenes hablen. Los verdaderos afectados por el calentamiento global: las nuevas (y futuras) generaciones.
Se mueven papeles y empieza la rueda de prensa con la intervención de Joel Peña, un joven chileno que alza la voz para reconocer la lucha de los indígenas contra el cambio climático. Peña también aprovecha la situación para “denunciar las violaciones de derechos humanos llevadas a cabo en Chile” y para protestar “por la poca presencia de Latinoamérica en la conferencia”, pese a que el evento está presidido por Chile.
El mensaje ha sido emitido por los representantes mundiales del movimiento. Una intervención por continente con un temática común: la inacción con respecto a un problema que cada vez se hace más grande e irreversible. A parte del mensaje de Joel Peña, destaca el mensaje de la representante de Asia, que celebra su derecho a protestar, tendiendo en cuenta que en varios países de su continente ese derecho no está contemplado. Además, hace énfasis en el poder de convocatoria de las redes sociales, y de cómo este medio posibilita coordinar esta lucha.
El tono del discurso es duro, y diferente a cualquier otro que puedas escuchar en COP25. Los jóvenes de FFF apenas tratan lo poco conseguido, sino que se centran en la cruda realidad en la que nos seguimos encontrando y los pocos avances que hemos realizado. Nos recuerdan que el tiempo se acaba y que la inacción está pasando factura. Un mensaje alarmista, pero tal y como está la situación, no es para menos.
Una rueda de prensa con un tono acorde con la gravedad del asunto, y con una síntesis intercontinental de cómo la 6ª gran extinción del planeta no está recibiendo la atención que merece. La cita ha concluido con una foto de familia de los involucrados en este movimiento, con la falta de Greta Thunberg como precursora del mismo.
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