Hoy el mundo científico lamenta una gran pérdida, la de Margarita Salas, una de las científicas más importantes de las últimas décadas.
Margarita es considerada la madre de la biología molecular, y la persona que la importó a España desde los Estados Unidos, donde estuvo tres años trabajando con Severo Ochoa.
A su vuelta a España realizó un estudió en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas que finalizaría como la patente más rentable de la historia del CSICya que durante los 6 años que estuvo activa la patente generó más de 6 millones de euros y se estima que para el año 2020 la tecnología descendente de su descubrimiento esté valorada en 150 millones de euros. Este estudio es el del Fago Phi29 que, aunque en principio se buscaba conocer mejor su funcionamiento molecular, derivó en el descubrimiento de los mecanismos de replicación del ADN viral, y aplicando estos conocimientos se consiguió obtener cantidades útiles de ADN a partir de fragmentos mínimos, con sus consiguientes aplicaciones en criminalística o arqueología.
A parte de su impecable trayectoria científica, cabe destacar su importante papel abriendo el camino de las mujeres en la ciencia. Siempre luchando, incluso muchas veces sin saberlo, por la igualdad entre hombres y mujeres. Por todo ello fue pionera como mujer en muchos ámbitos, algunos de sus logros más destacados son la presidencia de la Sociedad Española de Bioquímica en 1988, la dirección del Centro de Investigación Severo Ochoa CSIC-UAM en 1992 y ser la primera mujer académica de la RAE ocupando el sillón de la “i”.
Es extraordinario como continuó acudiendo a su trabajo, en un laboratorio, hasta sus últimos días. Porque como ella misma decía: “No concibo la vida sin investigación”.
Desde Visto de Otro Lado nos sumamos profundamente en el pésame que trasladamos a sus familiares, amigos y compañeros.
¡Gracias Margarita por tu trabajo!
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