El mundo del entretenimiento está siendo totalmente transformado. Desde consumo de contenido multimedia hasta la manera en la que interactuamos con otros usuarios mientras visualizamos contenido, pasando por eventos y conciertos.
Desde una perspectiva simple, no ha habido, o está habiendo una tremenda transformación respecto al uso de la tecnología en conciertos de música. Sin embargo, esto no es así. La inteligencia artificial y el auge de los móviles están cambiando la cara de los espectáculos musicales, y lo que viene, puede demostrarlo.
La conocida plataforma de eventos Evenbrite, señaló una de las funciones en las que trabajan y nos permiten augurar el rumbo que estos eventos seguirán: los asistentes al concierto, podrán intervenir e interactuar a tiempo real a través de ropa inteligente y dispositivos wearables. Esto permitiría que las productoras puedan saber cómo está influyendo el show la música y lo que el artista está transmitiendo. Podría ser una pulsera, como cualquier otro dispositivo que el organizador le entregue al participante.
A través de nuestra respuesta física, estas herramientas son capaces de medir y analizar nuestras emociones. Con este tipo de información a tiempo real de todos los asistentes el show puede estar mucho más enfocado a nuestro disfrute, pues conociendo nuestras respuestas sensoriales y sentimientos, el equipo técnico puede avivar las luces, animaciones o incluso modificar el playset del concierto. Esto puede resultar muy útil para que el artista sepa cómo está influyendo al público su actuación.
La realidad aumentada (AR en inglés) ya está revolucionando campos muy importantes, como la medicina o la ciencia. Es por esto que el entretenimiento y la cultura también van a sacarle un buen provecho. La animación y los efectos especiales de un concierto pueden ser impensables con realidad aumentada. Si se quiere diferenciar, aplicar este tipo de tecnología en la mitad del campo, cerca del escenario o sobre el mismo es un poco lo que se viene. Es la manera en que los artistas y los productores van a poder innovar. La clásica pelota grande entre el público que se la pasan entre unos y otros ya ha dejado de ser algo novedoso y algo divertido.
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