Crónicas

RUIDO DE FONDO SALA B C.A.E.M., SALAMANCA

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Hace unos meses cuando un servidor presentaba el concurso de bandas de la ciudad, lo avisaba en la introducción. Lo único que le falta a la escena local, es el publico. El apoyo sin fisuras, ni estúpidos localismos ni amiguismos, a un montón de artistas que están haciendo una labor increíble, en todos los campos y estilos musicales que quieran mirar, y que merecen sobre todo que no se les menosprecie. 

 

Ya entenderán que me acuerde de aquello cuando me enchufo a una abarrotada Sala B (no quedaba ni un ticket desde hacia días) que esperaba la salida de los protagonistas de la noche. Que una banda de le escena de la ciudad, la nuestra no lo olviden, haya conseguido un hito tan demoledor como ese, el que suscribe puede dar fe de la cantidad de conciertos que no son capaces ni de acercarse, sin ceder ni un ápice de su propuesta, es para congratularnos y casi estudiarlo en las escuelas. Y mas aún si miraban la mezcla tan curiosa, el target era elevado es cierto pero también había mucha gente joven, que consiguieron reunir.

 

Además, la ocasión era perfecta. 

 

La salida hace unos días del segundo disco de la banda, el mas que digno “Que calle la gente”, les había vuelto a poner en la pomada tras un hiato de –agárrense- quince años de barbecho. Sumando además un nuevo mark que arropa a los miembros históricos, Oscar Calvo a la voz y Ángel Luis Portilla a la guitarra , que ha rejuvenecido la propuesta con Pablo Anselmo al bajo, Jon Mateos a la batería, y Ángel Acosta  y Jorge Sierra a las guitarras, insuflándole energía, como se vio luego, en cantidad, la cita era ineludible.

 

Desde que salen en tromba con la batería que abre –un diez para Mateos en su kit todo el pase- “Una Noche Más” y empalman las siguientes , se pulen un pase tan extenso, dos horas y media largas de comparecencia ojo, como ilusionante. Navegando por un setlist que hizo junte de los dos discos alternándolos, enteros ambos si no recuerdo mal mas allá de la exquisita revisión en lento de “Dejadez”, y unas pocas covers escogidas (esto fue muy sintomático: nada de después del 93),  se vaciaron en las tablas con una comparecencia maciza con su hard rock de la, sin ninguna duda esto, vieja escuela.

Llevo años escribiéndolo y por eso se lo puedo decir sin sospecha alguna. Me refiero a que gran guitarrista vamos a perder. Y es que la primera parte del auto-inmolamiento de Sierra para la música, la segunda y ultima será en unas semanas en la esperada presentación del nuevo disco de su banda 7Kilos,  se hace dura de ver sabiéndolo. Las razones de colgar las botas le pertenecen, y no cabe mas discusión, faltaría mas. Pero no se puede evitar el duelo, bastaba mirarle devorar al escenario haciéndolo suyo o los arreglos y el trabajo que ha hecho para la banda, por lo que la escena va a perder (¿esos acordes de Slayer marca de la casa al cerrar?) cuando todo termine. 

 

La voz áspera y rasgada de Calvo marca las canciones, “A la deriva”, “Déjame Entrar” la primera del nuevo que hicieron antes de revisitar a los seminales Barricada, pero –temor infundado por parte de un servidor- está en perfecto estado de revista,  junto a las individualidades, Anselmo y Mateos bordaron la base, y dejaron momentos de gran brillantez – “Miedo de Mi”, “Cruce de Caminos”- en las canciones.

 

Y los detalles claro, que se agolparon mientras el personal las coreaba.

Calvo aguantando el tipo (lo hizo estupendamente toda la noche) mientras cantaba a 200 por hora la revisión que hicieron de “Perlas Ensangrentadas” en la que casi se veía a Berlanga mover la cabeza desde donde quiera que esté,  la acústica  de “Cerca del mar”, que Portilla (que gozada verle bajar al barro de la olla en “El Gildo”) abre con unos acordes etéreos del “Enter Sandaman” de los de San Francisco, y el desarrollo precioso luego del tema, la alternancia de los solos durante toda la comparecencia y la importancia de las guitarras (¿recuerden como se amplió el sonido de Maiden al llevar tres?) y solo había que mirar “Muñeca IA” o “ Dando tumbos”, o la parte final de la que solo sobró el exceso de la presentación del grupo,  que afortunadamente Sierra cortó con la frase-sentencia de la noche, realzada con la parada en “Malas Noticias” de Los Suaves y el tema homónimo para cerrar una noche para hemerotecas que, ojalá, tenga obligatoria continuidad.

 

Es cierto que las hechuras y los  añadidos de Rockstars quedan ya lejos, eran otros tiempos esos 15 años que contaba el cantante, pero no lo es menos que ya no son necesarios. ¿Pero, saben lo que si es esta banda?,  es honesta y sincera. Se subieron ahí arriba durante mas de dos horas y se dejaron la piel en enseñarnos, atención a esto por que por eso estábamos todos allí, sus canciones. Su trabajo intachable de años que, eso es indiscutible, puede gustar mas o menos, pero son suyas.  Y eso a estas alturas en las que parece que cualquiera a golpe de baldeo traicionero puede asaltar  cancioneros ajenos, y ponerse un traje que no le pertenece para hacer caja, y para nuestro escarnio y vergüenza mucha por lo visto,  no tiene precio, amigos.

 

Grandes, que duda puede caber.

Paco Jiménez
El Rock n Roll es más grande que la vida

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