Crónicascultura

SACROSANTA DECADENCIA OCCIDENTAL SALA B C.A.E.M. SALAMANCA

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Estaba mirando como la banda colocaban los cacharros justo antes de empezar, y el que suscribe pensó en un gran felino que se despereza poco a poco. Esa sensación de que sabes, realmente lo sabes, que dentro de un momento va a ir a por ti. Y claro, fue exactamente lo que pasó. Hay muchos ejemplos de grandes dobladores de cine en la historia patria, pero a mi entender algo se desencajó en el oficio cuando Pepe Mediavilla murió en 2018. Cuando suena, sampleado en intro,  leyendo un poema del lore del ESDLA, me acuerdo de cuanto se le extraña, y de que no creo que sea casualidad que lo hayan elegido para arrancar un bolo que parece cuidado y mimado al milímetro. Y es que puede inducir a error creer que una banda de Crust Punk tan tremebunda como los protagonistas deje algo al descuido. No en la modesta opinión de un servidor. Fue un pase demoledor de un grupo técnicamente intachable, otro error sería pensar que no lo fueran como si tocar algo así fuera fácil, y en unos tiempos que duelen de lo que se ve, tan honesto que casi parece irreal. No engañan a nadie por que eso es lo que hay. Con un cancionero ya extenso que llenó el sitio de velocidad si, pero también de rabia y compromiso, nos apabullaron ganándonos por goleada a los de abajo de las tablas ( de acuerdo que se puede argüir que habitualmente tocan en otros espacios con la gente mas encima, pero un servidor no se explica la distancia entre personal y escenario a no ser que alguien temiera que se los iban a comer o algo así) y  dejando destellos de la calidad, esto es manifiesto, que atesoran a nivel individual también. Me quedo corto si señalo a Jorge Azofra como una de nuestras leyendas del urderground, y  mirarle como serpentea a 200 km por hora alrededor de su minúsculo kit de batería es ver un must espectacular. Inmerso en montones de proyectos, esa noche hacía doblete en Endless War con María Rodríguez,  la dupla que formó en la base rítmica con Dani Bitrián en el bajo, fue sencillamente brutal (“Esquecidos” y “Matar Calando” ya lo dejaron claro desde el principio) y la poderosa y atinada guitarra de Eduardo Rivas -casualidades o no Flipe V otro de sus proyectos, actuaron en el bolo de cierre del 13 Monos en Almargen,  y me viene a la cabeza mientras hablo con alguien que estaba allí esa noche- sube muchos enteros la comparecencia. Pero es cierto que por encima de todo lo que planea es la garganta privilegiada de María Rodríguez. Fue una exhibición de poderío vocal absoluto, “Cantiga Das Feras” “As Fillas Da Neboa” la explosiva inmediatez de “Cacería Salvaxe”, “A Branca Cor Da Morte”, desde que arrancaron un setlist generoso es cierto, pero que se paso en un instante aun con el pie puesto en el acelerador todo el rato. El nexo de unión del pase, la industrialización devastadora y el fin de la naturaleza, los cuidados interludios en forma de samplers –de El Ultimo Mohicano al (esto me sorprendió, lo reconozco) cine de Antón Reixa – el estreno de nuevo material que apunta a enero como fecha de salida,  o la exquisitez de hacer una cover de los bostonianos Disrupt antes de un encore en el que me quedé prendado de “Lume” con la banda rayando muy arriba,lo hicieron unos de los bolos de las ultimas semanas sin duda. 

  

Un apunte más. Cada vez que alguien me dice que no hay conciertos en la ciudad, no puedo evitar partirme de risa. Los hay, y a montones, pero hay que ir. ¿De que sirve pedirlos si luego un cartel tan explosivo como este no logra reunir ni cien tickets?. 

 

Ojalá vuelvan pronto.

 

Fotografías: Saúl Rodríguez 

Paco Jiménez
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