La noche del 19 de octubre quedará en la memoria de los fans de Mikel Izal en Salamanca. El cantante, que continúa su carrera en solitario tras la disolución de la banda IZAL, ofreció un concierto espectacular en el Multiusos Sánchez Paraíso, haciendo vibrar a miles de asistentes. Con su tour El Miedo y el Paraíso, Mikel llegó cargado de energía, con la promesa de “bailotear” y darlo todo en el escenario tras superar una operación de rodilla que lo mantuvo alejado de su esencia durante varios meses.
El espectáculo comenzó con algunos de los temas de su álbum debut como solista, El Miedo y el Paraíso, donde el cantante plasma un “diario personal” con diez canciones que describen su viaje emocional desde la separación de IZAL hasta su nuevo capítulo en solitario. El público coreó canciones como La fe, El grito, y El Paraíso, temas que han conseguido millones de reproducciones en plataformas digitales. Además, Mikel no olvidó su legado con la banda IZAL, adaptando algunos de los éxitos anteriores a su actual estilo, lo que permitió una fusión perfecta entre lo nuevo y lo familiar para sus seguidores.
Durante el concierto, Mikel expresó su gratitud al público charro, recordando la calidez que siempre ha sentido en Salamanca. “Espero siempre energía y cariño, pero también hay que ganárselo”, comentó en una entrevista previa al evento. Y no cabe duda de que lo consiguió: la complicidad entre el artista y los asistentes fue palpable, creando un ambiente lleno de emoción, agradecimiento y un claro sentido de celebración.
Mikel también recordó los momentos difíciles que enfrentó durante la gira, entre ellos la lesión de rodilla que lo obligó a actuar en silla en varios conciertos. Sin embargo, en Salamanca, el artista volvió a bailar, sintiéndose nuevamente en plenitud sobre el escenario: «La rodilla ya me permite bailotear y ser yo mismo», dijo antes del evento, una promesa que cumplió con creces en su actuación.
El concierto no solo fue una demostración de su talento y resiliencia, sino también una reafirmación de su conexión con sus seguidores, antiguos y nuevos. Mikel Izal está viviendo su «segundo milagro», como él mismo lo define, y Salamanca fue testigo de ello. Con una carrera renovada y llena de proyectos, el artista sigue marcando su camino en el panorama musical español, emocionando con su honestidad y pasión por la música.
Al cierre del concierto, Mikel agradeció al público y dejó entrever su intención de disfrutar un poco de la ciudad con su equipo, después de un intenso periodo de trabajo y éxito en los escenarios. La noche del 19 de octubre no fue solo un concierto, sino una celebración de la vida, la música y la capacidad de reinventarse.
Comentarios