Por España se encuentra en un momento crucial en su camino hacia el cumplimiento de la Agenda 2030, especialmente en los ámbitos del empleo y la inclusión social. Según el barómetro del CIS de mayo de 2024, el desempleo sigue siendo la principal preocupación para el 26% de los españoles, mientras que la crisis económica afecta al 24,8% de la ciudadanía.
El Pilar Europeo de los Derechos Sociales ha establecido objetivos ambiciosos para reducir el riesgo de pobreza o exclusión social en 15 millones de personas y alcanzar una tasa de empleo del 78% para la población de 20 a 64 años para 2030. España, alineada con estas metas, busca reducir en al menos 2,815 millones el número de personas en riesgo de exclusión social y lograr una tasa de empleo del 76%. No obstante, los datos actuales muestran una tasa de empleo del 70,5% y un riesgo de pobreza o exclusión del 26,5%, lo cual está aún por encima de los objetivos establecidos.
A pesar de contar con uno de los mayores presupuestos del Fondo Social Europeo Plus (FSE+) en la Unión Europea, España enfrenta desafíos persistentes. Según datos del INE, la tasa de desempleo es del 12,2%, el doble de la media europea, con una alta tasa de desempleo juvenil del 21,8%. Las mujeres enfrentan una tasa de desempleo del 13,9%, considerablemente superior al promedio de la UE. Además, el desempleo de larga duración afecta al 40,6% de los desempleados que llevan más de un año sin trabajo, y la pobreza es especialmente alta entre trabajadores temporales y con jornadas parciales, con tasas de pobreza del 17,9% y 22,1%, respectivamente. España ocupa el cuarto lugar en la UE en el índice de «trabajadores pobres».
La exclusión social afecta de manera desproporcionada a personas migrantes, jóvenes y mujeres. Los hogares monoparentales, predominantemente encabezados por mujeres, tienen una tasa de pobreza del 52,7%, frente al 25% en hogares encabezados por hombres. La carencia material y social severa está en aumento, reflejando una creciente presión sobre las familias más vulnerables. Además, la desigualdad de género persiste con brechas salariales significativas y una mayor vulnerabilidad a la pobreza y exclusión social para las mujeres, especialmente para las madres solas que dependen en gran medida de la economía sumergida para cubrir gastos básicos.
En este contexto, el programa Estación Empleo se destaca como una respuesta integral para enfrentar estos desafíos. Desde su lanzamiento en enero de 2022, el programa habrá brindado apoyo a más de 1600 personas en riesgo de exclusión social hasta diciembre de 2024, con un enfoque particular en mujeres, personas sin cualificación, parados de larga duración y migrantes. En Salamanca, el programa habrá asistido a 230 personas en este periodo. Los participantes han compartido experiencias positivas, destacando cómo el programa ha impactado sus trayectorias profesionales:
«Es un programa útil porque te permite mejorar no solo las habilidades profesionales, sino también la oferta de recursos para la búsqueda de empleo. Además, el trato es muy humano, basado en la escucha hacia el otro,» comenta Elena Rodríguez, una participante española.
«Llevaba un año sin trabajo y esto me afectaba emocionalmente. Esto cambió cuando entré al programa; me ayudó a conocer más métodos para poder encontrar trabajo. Además, las tutorías individuales con la técnica me asesoraron en bastantes temas laborales,» afirma Leo Espinoza, de Bolivia.
Estación Empleo ofrece una intervención integral a través de itinerarios individualizados de orientación e integración sociolaboral, que incluyen orientación, talleres grupales, webinars, desarrollo de competencias digitales, intermediación laboral con empresas y apoyo social, todo desde una perspectiva de género, fomentando la igualdad de oportunidades. Financiado por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Estación Empleo se lleva a cabo también en Badajoz, Madrid, Granada, Huesca y Toledo.
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