¿Saben ese gesto de DeNiro en el clímax de Taxi Driver cuando en una de las secuencias mas importantes de la historia del cine se apunta con un dedo ensangrentado a la cabeza, mientras dispara balas imaginarias?. Me acordé de ella salvando las distancias, o tal vez no, cuando uno de los protagonistas de la noche Jaime Vicente me lo soltó semanas antes, en una charla intrascendente. Estábamos hablando de planes, y confirmó a un servidor su idea de hacer, agárrense, una compañía de discos.
De hecho ya casi todo estaba en marcha.
Que alguien en los tiempos actuales de inmediatez y fugacidad, en los que el modelo del negocio de la música ha cambiado absolutamente, ponga en marcha algo así es para festejar en las calles. Y no hará falta que les indique la eliminación absoluta del componente económico (¿…) de la ecuación al menos al principio , así que descartado eso, lo que queda es puro amor y pasión por lo que haces. De ahí que el poder asistir a uno de los primeros pases que La Banda Mala Records hacia con parte de su roster, fuera absolutamente necesario.
El concepto de secret show es tan atrayente, poder acceder a los artistas en pases íntimos y cercanos con golosinas en forma de canciones inditas o como en esta caso sin rodar en directo, como peligroso, ¿cómo dices si o no a quien entra sin menospreciar las agendas de alguien involucrado, por ejemplo?, con el añadido de encontrar un lugar, ay amigos, que de la cara para algo así. Cuando anunciaron que el bolo sería en el Revolutum Hostel (pero ojo no en los balcones, como otras veces, sino dentro) al que suscribe le pareció, como luego se vio, una idea muy afortunada que ojalá cuaje, y nos permita ganar ese espacio para conciertos.
La noche acartelaba tres actos, variados y muy distintos todos, y eligieron acertadamente el pase de Bat para abrirla. Adrián Sáez oriundo de Ávila pero afincado en Salamanca nada en la Urbana con cierto desparpajo, centrado en el Trap y lo Latino, y lo dejó claro desde que abrió con “No Puedo Negarte” y “Perdido en tus Besos”. Usó los filtros, como todo el mundo pero no veo donde está el problema a no ser que no sepas lo que vas a ver, y se supo rodear de unas buenas bases, “Forbes” y la nueva aun por poner en marcha “Tu lo Sabes y yo También”, para en la parte final sobre todo dar la crema con el junte con Dr. Cheddar en “Grinder”.
Que en directo está todo por hacer es evidente, es jovencísimo así que ahorrémonos admoniciones que aun no tocan, pero el camino que queda si realmente quiere ser alguien en esto no es nada que no curen pongamos doscientos bolos.
He podido ser contemporáneo de la carrera de Dr. Cheddar desde que prácticamente empezó hace, lo que ahora parece al menos, eones. Y es cierto que llevo mal la perdida de un guitarrista tan talentoso, pero lo que ahora mismo está haciendo, con sus canciones o tan importante o mas tras la mesa de producción, lo compensa con creces.
Con un disco estupendo bajo el brazo, el mas que digno “Roland Garros”, se pulió un show de Rap Old School áspero y duro lleno de momentos brillantes. Seria ridículo no mencionar a Hoke que planeó, mas allá de la excusa deportiva de ambos albunes, con su “BBQ” por encima a lo largo de varios pasajes de la noche, pero también seria faltar a la verdad por que hubo mucho mas. “Winston”, Ferrero” y el homónimo fueron fiesta si, pero sobre todo toques de atención de canciones muy serias que pueden darnos una idea, y muchas alegrías, en forma de lo que venga en el futuro.
A todo esto se despachó con un pase rápido sin tonterías ni ruidos para no se quien, yendo solo al lio con el arrojo de quien tiene ya tablas escénicas para un par de vidas.
El cierre delicioso de la noche lo pondría Mastino y sus canciones llenas de amor y depresión. Italiano, en estancia ahora en la ciudad, hizo un setlist refrescante y rebosante de píldoras de amor juveniles desde que arrancó con “Miracoli”. Con el acertado, estuvieron los dos muy brillantes sin acaparar miradas mas que las justas, de Iría González al bajo violonchelo y teclados y de Vincenzo Toro en la eléctrica, navegó sin macula por las canciones con un idioma tan sexy como el suyo.
Sorprendió oírle mencionar a Roadl Dahl, ojalá no fuera una cosa extraña que mas gente joven lo hiciera, pero también que se acordara de Mia o de Ivan Graziani (hizo un cover atómico de “E Sei Cosi Bella”) como padrinos musicales. Ejerció de crooner con “Dawero” y nos puso a cantar bien con “Scossa” donde incluso se atrevió con unas pocas de barras en forma de rapeado en la parte central. Por descontado el que suscribe se queda con el material propio, “Non Ero 10” o “Ossessione”, antes que la revisión de Tziano Ferro, que propuso en una hora holgada que se pasó en un santiamén.
Ni idea de que deparará el futuro, pero de momento a poder ser convendría no quitar ojo de lo que vayan haciendo.
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