Fue una sorpresa mayúscula, amigos. Me refiero claro, a la entrada muchos menos numerosa que la de justo hace un año, cuando los chicos de la bici de Torrejón pasaban por la ciudad y conseguían un sudoroso y abarrotado sold-out. Y no sabría decirles a que puede obedecer esa sangría de gente mas allá del tema económico, por que los dos protagonistas de la noche siguen a lo suyo como esa ultima vez. Provistos de un cancionero que va mas allá del canon que marca el estilo, no digo que no haya que oír a pongamos a El Jincho digo que esto es otra cosa, huyendo de lugares y poses comunes, son con su creencia ilimitada en sus posibilidades una rara avis dentro de la pobladísima escena urbana en la que ya acumulan años, y tras pasar un parón por temas personales, la cita para ver el estado de forma que atesoraban era casi imperdible. Con la segura, hizo un trabajo formidable, presencia de Álvaro Pascual “Alpaspa” tras los controles en la mesa, ofertaron una comparecencia amable, casi entrañable, y con grandes dosis de complicidad con el publico al que respetan y miman como pocos artistas hacen. A petición de la gente, la media de edad era joven llena de die hard fans fieles, consintieron en repetir esos dos must que son “Eterno” y “Distinto” en sendos momentos del show, y enseñaron material nuevo en forma de a capelas que, afortunadamente, no desbordaron por cantidad como la vez anterior. Por el camino hubo tiempo para un “Madriz” espectacular, para acordarse del hijo de Javi Ocer, y para ver uno de los momentos mas importantes del pase de nuevo con la esperada “Unión” (con Rodrigo Rade mentando a la familia, una de las bases de sus vidas y sus canciones) mientras degustábamos las barras que nos lanzaron en su generoso, para el canon de la escena, tiempo arriba. Los peros y los deberían que sufrió el concierto, esa manía de los ruidos para no se quien en speeches que se hacen eternos y el aire de ensayo que desprenden los diálogos con Alpaspa para ver cual tema va a continuación, son perfectamente asumibles es cierto, pero también obligatoriamente corregibles. Salgo del sitio pensando en el misterio que envuelve el que los dos tipos aún no hayan llegado a la cima como muchos de sus contemporáneos, y no encuentro la solución.
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