Observo la cara de mi dealer librero habitual que, bendito sea, a base de años de pedirle cosas, ni se inmuta cuando le hablo de que me consiga “La Hostia en Prosa”. El libro es un lanzamiento de Desacorde Ediciones (no dejen de echarle un vistazo a su catalogo) que se publicó el 21 de abril de este año, y del que es autor Juan Abarca a la sazón escritor ocasional, este es el último pero tiene más, y sobre todo voz y guitarra de una banda que ya acaricia las tres décadas de historia. Legendaria es una palabra un poco manida hoy, de tan usada, pero recuerdo mirar a Mamá Ladilla la última vez que les vi en Salamanca, en la llorada por un servidor Nave Bunker, y atisbarlo ya. En unos días vuelven (Music Factory 10 noviembre) y mientras charlamos con él para ver donde se encuentran ahora…
P: Treinta años, casi. Recuerdo una cosa que decía Eddie Van Halen, “Somos músicos, hacemos música para vivir. Es así de simple, nada más importa”, y pienso en vuestra carrera desde que empezasteis en 1994, porque no creo que el hablara de dinero. Desde luego es para estar orgulloso. Me refiero a no ceder un ápice y seguir tras todos esos años, aún así ¿se mira hacia atrás con ira o con convencimiento de haber hecho las cosas como las planteasteis?…
R: Buenas. Pues con ira desde luego que no. En la medida de lo posible esa emoción está bien intentar guardársela para cuando te atacan con un cuchillo o cosas así. Por mi parte, aunque sea el único miembro fundador que sigue en el grupo, tampoco me permito mucho mirar atrás, aunque entiendo que sea algo tentador para un observador externo. Por aquí estamos demasiado ocupados con la próxima canción o el concierto del fin de semana siguiente. Pero es verdad que este grupo ha mantenido siempre una independencia (aunque no total, claro) mayor de lo habitual, y eso está bien. Si no tuviera la sensación de poder escribir más o menos como quiera y sobre lo que quiera , esto no sería lo mismo, no.
P: Podríamos estar hablando eones de cómo ha cambiado la (no se si os gusta el palabro) industria musical en todo este tiempo, pero realmente a mi entender lo que interesa es el gusto de la gente joven que, ay, ese si se ha transformado notablemente. Y no hablo de las idioteces de que el Rock o el Pop o lo que sea se acaba, porque nadie que vaya a conciertos habitualmente puede creerlas. Pero es cierto que a la gente más joven le cuesta imbuirse en estilos más allá de la Urbana, como sí lo hacía antes…
R: Ni idea, tío. Esa especie de escaneo general del ambiente “socio musical”, de lo que había, lo hice cuando estaba empezando la veintena, y lo hice de manera interesada para encontrar mi nicho dentro de un entorno del que yo mismo formaba parte. Es decir que busqué mi sitio encima de los mismos escenarios que ya frecuentaba desde abajo, y el público potencial de lo que fuera a hacer, entre la misma gente que me rodeaba en esos lugares. Desde entonces ha pasado la pila de años que comentabas antes, y llevo mucho tiempo viendo las cosas desde el punto de vista de alguien que, sin llegar a enriquecerse, ha conseguido currar de esto. Y a la vez como profesor de música. Son actividades que me ocupan el espíritu por completo, no son un trabajo sin más. Desde este lugar en el mundo, lo que escuche o deje de escuchar la chavalada, en esencia, me importa un bledo. Ni siquiera intento brasear a las generaciones anteriores, más bien al revés, escucho recomendaciones de gente de todas las edades. Sigue saliendo música buenísima, es cuestión de tener la antena siempre puesta, tengas la edad que tengas.
P: La discografía de la banda es muy amplia y abarca directos, maquetas y diez discos de estudio. Tal y como van ahora las cosas en el 2.0 a medida que vayáis sacando cosas nuevas ¿vais a seguir confiando en editar discos completos?. La pregunta se las trae, porque además conecta directamente con lo que hablábamos antes del cambio de la industria. Esa necesidad constante de estar sacando material nuevo, o directamente parece que pasas al olvido…
R: Este grupo es demasiado longevo como para preocuparse de pasar o no al olvido. Nos basta con seguir tocando por todas partes a nuestro ritmo, y con sacar material nuevo de vez en cuando, pero por gusto, no por presión. Es verdad que yo sigo con el empeño habitual de sacar discos enteros sí o sí, mientras que mis compañeros, a los que saco 20 años, ven con mejores ojos sacar canciones una a una o cosas así. Por ahora mantengo ese pulso, pero es difícil, empieza a ser un poco contra natura. Sea como sea, eso de tener que bombardear a la pobre gente con tu nuevo vídeo de mierda, tu nuevo tema o tu nuevo lo que sea, me parece tristísimo para ambas partes. Internet cada vez se parece más al programa ese horrible que hubo durante años en Tele5 por las mañanas: una jauría de gente gritándose e insultándose entre sí. No soy inmune a esas cosas, pero prefiero ir a darme un paseo, ponerme una cantata de Bach, hacerme un pajote… ¿a quién le importa otra canción nueva, otro vídeo? Que se peleen los demás. Antes o después sacaremos otro disco, tranquilamente, y la trascendencia volverá a ser más bien baja. Está bien así.
P: Transcurrido tiempo ya (se grabó entre febrero y marzo de 2021), ¿cómo ves la grabación y la salida de “Exhuma y sigue”?. Me refiero al trabajo de Pablo del Fresno y a la grabación en los estudios Pleasure One de Madrid para vuestro último disco…
R: Me parece de lo mejorcito que ha hecho el grupo en mucho tiempo, con permiso sobre todo del anterior, “Quién pudriera”. Me gustan muchas cosas, aparte de las canciones mismas: la cohesión de la formación actual, que está muy baqueteada ya y suena como una piedra; el mimo de Pablo del Fresno con la producción; la inestimable implicación de Pablo Thonon no solo con su estudio, sino con sonidos y máquinas de todo tipo; la portada perturbadora de Alfonso Sangre y, cómo no, todas las facilidades que siempre nos da Pablo Lacárcel, de Lemuria, a la hora de sacar disco. Tenemos una flor en el culo.
P: Imagino que elegir el setlist de los conciertos se hará difícil. Me gusta mucho la idea de “revolver el fondo de armario” además de lo obvio que es la presentación del álbum, para esta gira. Por cierto, que no puedo dejar de preguntarte si ya hay nuevas canciones…
R: El setlist es relativamente fácil de hacer, porque hay muchas canciones que tienen que ir más o menos por narices. Es verdad que nos encanta lo de la “espeleología ladilla”, así nos refrescamos nosotros mismos, nos ponemos retos y reivindicamos todo ese repertorio acumulado, que no merece quedarse en el olvido. Sí que hay varias canciones nuevas, pero las vamos retomando a ritmo muy lento. A ver si en breve les damos otro empujón, y cuando nos queramos dar cuenta tenemos preparado repertorio para otro disco más.
P: Una curiosidad personal. Mirando cómo adaptas “Starman” de Bowie, “Starbucks” en tu desternillante y ácida versión (imposible no fijarse en los comentarios random de alguien que dice ser un rey templario o algo así), quería preguntarte si eres fan del hombre…
R: ¿De Bowie? Muchísimo, aunque no soy el típico erudito que se sabe de memoria cada disco. Me parece un compositor de canciones de los más gordos que ha habido. La emoción que transmite, su capacidad de generar estructuras perfectas, su elección intuitiva de los acordes y notas de las melodías… todo en él está a la altura de otros gigantes como McCartney, Lennon, Jeff Lynne o los jinchos de ABBA.
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