No creo que Álbaro Arizaleta fuera consciente cuando la compuso, de cómo llegaría una canción suya a convertirse en una de las mas influyentes de los años venideros, y eso estando de acuerdo que ayudó mucho I Hate Models con su remix pero lo que está claro es que “Toro”, el tema de El Columpio Asesino que va en “Diamantes” su disco del 2011, es a día de hoy un clásico imprescindible versionado hasta la saciedad, y que uno de sus versos además, me refiero a “te voy a hacer bailar toda la noche”, ya forma parte de la vida cotidiana.
Cuando la disquera Mushroom Pillow cumplió veinte años, puso en circulación unas ediciones especiales en vinilo de 12” en color, en homenaje a algunas de las bandas icónicas que formaban parte del sello con covers de sus canciones.
Delaporte hicieron suya “Toro”, y además lo hicieron muy bien.
No les mentiré si les digo que no me sorprendió que el pase del dúo no estuviera con todo el papel agotado desde hacía días, por la fecha. El problema es que es tal la oferta de conciertos en algunos momentos que, simplemente, no hay para todos (para que se hagan una idea esa noche estaban La Plata y Marea en la ciudad, por citar algunos), y aun así despacharon un llenazo en una de las últimas comparecencias de la gira.
La salida hace unos días de “Me la Pegué” el primer adelanto de su nuevo disco (seguido del tema que han hecho con Alice Wonder) estuvo precedido de la marcha de Madrid para componer, y las declaraciones de la falsedad de las relaciones románticas curándolas con baile y techno, hacían imperdible la cita para ver donde estaban ahora y hacia donde van.
Poco o nada queda de los artistas en ciernes que vivimos al principio. Ahora son una de los proyectos mas importantes del panorama electro-pop patrio, y el liberador y maravilloso pase que abrieron con una intro (usando “Toro”) larga y anhelante, lo refrendó. Se pulieron un setlist generoso para los actuales cánones que casi les acercó a las dos horas, y como cada vez que me he encontrado con ellos fue una fiesta de principio a fin.
Y es que cuando vas a ver al dúo, Sergio Salvi estuvo matador pero siempre lo hace, y la voz de Sandra Delaporte te transporta a ese terreno de libertad y baile en forma de rave azul y roja que te impele a no solo escuchar las canciones, sino también a entregarte al sudoroso y hedonista placer de bailar por el simple hecho de hacerlo, parece/es otro plano. Y en cuanto el etéreo fraseado de inicio de “Clap, Clap” se puso en marcha, ya estábamos dentro de el.
Los detalles se agolparon en la primera parte.
“Pantera” y su acelerón final, la revisión de “Cariñito” de Novedades Carminha que ya han hecho suya intercalando versos del “Gasolina” de Daddy Yankee, el circle pit que abrió después, y el flotar colgando de un arnés desde el techo de la sala mientras cantaba a medio tiempo “Superman”, son solo unos pocos.
El bloque al juntar seguidas “Droga dura” y la fantástica ejecución de “Narciso” con todo el mundo en el suelo perreando, la cercanía con el publico en “Ni un beso” asomándose constantemente al abismo de las primeras filas cercana, y la seriedad que tiene como canción “La bestia”, desembocaban en la parte final que iba a tener mucha enjundia. “Un Jardín” fue el inicio de la parte mas densa en la que alargaron los temas y estrenaron “Me la pegué” que ya parece llevar años en el setlist de cómo fue recibida, y el final cantado con “El Volcán” y la inmensa “Bang Bang” con todo el mundo gritándola aún sin música, fue de altura.
Uno de los momentos mas serios e importantes de las ultimas semanas de conciertos, sin duda. Grandes.
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