Fue un error de bulto amigos por que cuando uno tiene un póker en la mano tiene que jugarse hasta la vida. La Chica (benditos sean los programadores de conciertos de esta ciudad absurda por que… ¿donde está toda esa gente el resto de noches?) se quedó, se veía venir, muy pequeña, y me constan los esfuerzos, inútiles y estériles por que simplemente no hay mas sitio, de los días previos por hacerse con una entrada para una de las noches mas importantes de principios del año en cuestión de directos.
Ya se le ha agotado a Miniño el crédito de banda nobel y de la espera a ver que ocurre. Está claro que quieren sentarse a las mesas de los mayores y que incluso pueden tutear a algunos, pero queda un duro camino y no va a ser nada fácil. Abrir para una noche tan comprometida era un buen termómetro. Tienen temas y actitud de sobra y se pulieron una comparecencia enérgica y directa a la que a mi modo de ver hubiera acortado mas por que le sobró tiempo, sin florituras ni tonterías (para que se hagan una idea hablaron por primera vez en la tercera canción) afortunadamente.
Las marcas ya de la casa, los micros enfrentados las voces de Diego Hernández y Miguel Espinoza tan distintas y tan, por increíble que parezca sin que les estalle en la cara, complementarias y la base rítmica que casi coquetea con el metalcore de Victor Iglesias y Joseca (demoledor todo el bolo), se unen a unas canciones, “Matar al Capitán” “Hielo” o la sorprendente revisión de “Ya No Siento Nada” de Aiizzz, que no dan lugar al aburrimiento aún con lo duro que es enfrentar la lucha con la indiferencia del publico (no entiendo, ¿no deberíamos hacerlo al contrario?) a cualquier acto de apertura en un bolo tan importante. Ese must que es “Azul Clarito” que llegó, por fin, al personal bien dentro y que coreó todo el mundo debería ser un buen resumen de que pueden y saben tras lo que andan.
Dos cosas probaron los protagonistas de la noche cuando salieron al escenario la noche de su vuelta (siete años llevaban sin venir, por increíble que parezca) a la ciudad. La primera que de aquel grupo en ciernes que no impresionaba no queda nada, y ahora lo que tenemos es una banda estratosférica con uno de los directos mas explosivos del país. Y la segunda es que “Calle Liberación” es con mucho la mejor grabación que han hecho y uno de los discos mas importantes que salieron el año pasado en suelo patrio. Y es que hay una sima insondable entre el material mas viejo, que fue genial no me malinterpreten escuchar “Bufalo Blanco” o la inmensa “Quiero Follar Contigo”, y los temas mas recientes.
Gabi Montes y los Luna son unas rockstars de aúpa y lo mas sorprendente es que no se si lo pretenden. Hicieron un bolo macizo y sudoroso para que cualquiera que tenga sangre en las venas diera gracias por ver algo así. Estuvo llenísimo de baile desenfrenado, pogos y coreos a pulmón de unas canciones que, ay amigos de esto es de lo que se trata, no merecen otra cosa. Tomen nota. Desde “Jaleo” que cayó la segunda se hicieron “O Todos o Ninguno”, “Sin Bandera” que la tocaban por primera vez, “Marte”, la inmensa “Una Canción para Resucitar” y el bis destroza hogares que fue “Nena”, “Quiero Follar…” y “Tonterías” además de las paradas en el material mas viejo y esa rareza maravillosa que es “Charlie García” y que convirtieron en una fiesta con todo el sitio cantando el nombre del de Buenos Aires (creí que era un nombre random, me dijo alguien) y su legado en la música. Si hubieran tocado “Águila Negra” les hubiéramos hecho una estatua en la plaza.
¿Saben esos dos minutos de Blur que merecen la pena y que tienen esas guitarras y voces disparadas?. Pues multiplíquenlo por una hora y pico con una banda en estado de gracia.
Dentro de unos años contaremos que lo vimos, ya lo verán.
Bolazo.
Comentarios