Es la hora de llevar el mundo a la esperanza.
Le fusilo a la banda una de los versos de la magnifica “Ahora” para que sepan por donde andamos con un grupo, colectivo en realidad, que enarbola una mezcla irresistible de estilos (Funk, Rumba, Rap, Soul, Rock y, si también, Trap) y unas letras llenas de conciencia y contenido social tan necesarias ahora más que nunca.
Venían con el “El Pacto Tour” gira que están haciendo con el nombre del ultimo tema que han puesto en circulación, el homónimo, y en formato semiacustico, y desde una hora antes de que empezara el lío, la cola que aglutinaron en una entrada estupenda que casi rozó el sold-out, (en mi opinión fue un acierto el cambio de sala, por los motivos que fueren) serpenteaba a la puerta del sitio con el consabido asombro del común de los mortales que pasaba por allí y se encontraba con algo así a horas tan tempranas, estaba anunciado para las siete de la tarde pásmense, y atípicas.
Abrieron con “Cuchillos”, le dieron el protagonismo absoluto del set-list a “Remendar el Caos” su primer largo que hicieron tras el seminal “Hurgar y Sacar”, y pusieron a bailar y a cantar el sitio desde que empezaron y, no lo negaré, hace muy feliz ver la vuelta de las viejas formas en los conciertos (el que suscribe ha visto tres esta semana, y en todos ha pasado algo parecido). Los nombres que puedan convocar encima del escenario son muy variados, de Ojos de Brujo hasta, salvando las distancias por supuesto, Queralt Lahoz con Califato ¾ ó lo mas obvio Tremenda Jauría, pero en realidad todo eso sobra cuando atesoras must como “”Kabaret” ó, aún sin Maruja Limón, “Manuela” en un bolo además que pasó como una exhalación por que fue corto. Y ojo no será el que firma quien se queje por que no encuentro motivo alguno, nunca lo he hecho, para alargar conciertos que van más que servidos.
Con espacio de sobra para cada una de las cuatro, la ya inconfundible voz de Sombra Alor, la guitarra y losestupendos fraseados de Ana Toledo, el tremendo bajo funky de Nadia Lago y las percusiones medidas de CamiLópez, se pulieron un cancionero lleno de momentos brillantes (la acertada luz que desprende “Mi Monstruo” desde que empieza, ó la irresistible alegría que emana con la coreadísima “El Amor”) “ y a reivindicar, y que como un servidor ya ha apuntado en otros textos si no fuera por el tragicómico axioma que parece regir la industria hoy en día, me refiero claro al de “el negocio musical parece tonto del culo”, a buen seguro que deberían ser futuribles integrantes de las ligas superiores.
No se quién decía lo de hacer la revolución bailando. Pues eso.
Grandes.
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