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Marco incomparable como el Teatro Cervantes de Béjar para disfrutar del concierto fin de temporada de la Banda Municipal de Béjar. El pasado sábado 5 de noviembre tuvimos el privilegio y placer de acompañar con nuestra admiración y aplausos a un programa musical lleno de momentos y vivencias, sentimientos y agradecimientos, admiración y clamor.

 

Una actuación que no dejó indiferente a ninguna de las personas que nos dimos cita en el maravilloso Teatro Cervantes, en mi caso la primera vez que pisaba este centro de la cultura en Béjar y con tanta historia, que me dejó impresionado por lo cuidado que está y los detalles sutiles que tiene, así como no podía ser de otra forma, su sonoridad, algo que se agradece y que acompaña de una forma innegable a una Banda que está celebrando durante este año sus primeros 100 años de existencia.

Pedro Javier Cañones presentando el concierto | FOTO. Andrés Grande

Se abre el espectáculo, nada menos que con las palabras de Pedro Javier Cañones, clarinetista bajo de la banda, dándonos las pautas de lo que va a acontecer en breve, y animándonos a disfrutarlo. De una forma amena y muy bien argumentada nos va presentando cada una de las piezas que vamos a tener el privilegio de escuchar. Sentado en la platea de este teatro de estilo isabelino, uno de los teatros más antiguos de España, desde un lugar privilegiado, oteando un patio de butacas completo, me dispongo a disfrutar del comienzo del concierto.

Lorenzo Torrico, director de la Banda de Música de Béjar | Foto. Andrés Grande

El director Lorenzo Torrico da la entrada a la obertura de la ópera La Gazza Ladra del gran Gioacchino Rossini, la mejor forma de poder comenzar este programa, e introduciéndonos, de forma muy educativa y magníficamente explicado en qué consistía esta obra, que es una auténtica delicia. Comienza dicha obertura con un redoble del tambor que da inicio a una introducción de carácter militar. Este es uno de los fragmentos más populares de esta ópera. La historia de esta ópera nos habla de Ninetta que espera casarse con Giannetto, quien recién llegado de la guerra trata de refugiar a su padre desertor. Ninetta tiene problemas porque el alcalde, Gottardo, trata de seducirla. Una cuchara perdida y el testimonio de Isacco, un vendedor ambulante, hacen que ésta termine en la cárcel. La juzgan y declaran culpable. Se salva in extremis, gracias a que es descubierta la verdadera ladrona: una urraca, la gazza ladra.

Víctor Grande a punto de interpretar Concierto Nº1 para clarinete en Fa menor (Op.73) de Carl Maria Von Weber | Foto. Andrés Grande

Tras este comienzo apoteósico, que nos arranca en los primeros aplausos de la noche, llega el Concierto Nº1 para clarinete en Fa menor (Op.73) de Carl Maria Von Weber. Aquí es un momento donde el solista clarinetista, interpreta esta pieza bastante exigente a nivel técnico, interpretando la cadencia escrita por Joseph Baermann. Como bien apuntaba de nuevo el presentador, se perciben en este concierto señas de identidad claras del clasicismo como las de un contemporáneo de su época, Beethoven, e incluso algún rasgo, que más tarde lo podemos encontrar en Mendelssohn. Dos movimientos tocados mágicamente por el jovencísimo miembro de la banda, Víctor Grande Escudero, formado en estudios musicales en el Conservatorio Profesional de Salamanca y que continúa formándose en el Conservatorio Superior de Música de Castilla y León, habiendo recibido masterclasses de diferentes músicos, docentes, directores, etc. además de participar como integrante de varias bandas y orquestas. Gran ovación al término de la participación del primer solista de la noche.

Pablo Recuero Pérez interpretando La veu de la trompeta de Ferrer Ferrón | Foto. Andrés Grande

Y sigue el concierto sorprendiéndonos aún más, dando paso a La veu de la trompeta, obra del compositor valenciano Ferrer Ferrón, una pieza con dos partes, la parte más lenta en forma de balada y la parte que nos incita a bailar, tipo bolero, donde en este caso, tocado como solista por parte de Pablo Recuero Pérez, con su fliscorno y trompeta, mostrando de forma vertiginosa la sonoridad que tienen estas dos partes con estos dos instrumentos. Este onubense, que comenzó sus estudios en la especialidad de piano y posteriormente en trompeta, formado en diferentes conservatorios y recibiendo clases magistrales de trompetistas de gran renombre, y formando parte de orquestas de Extremadura, Andalucía y cómo no, en la banda de Béjar, todo un lujo.

Tras la actuación, de una categoría indiscutible, tanto de Víctor como de Pablo, la Banda Municipal de Béjar sigue dando lo mejor de ellos, transportándonos a The Glenn Miller Story, de Glenn Miller, reconocida en todo el mundo y que ha marcado la historia de la música, en esta ocasión, gracias a unos arreglos espléndidos realizados por Meinhold y Egidius.

Haciéndonos casi levantarnos de nuestros sitios, sigue este concierto memorable, pasando al Gallito swinging de Hilario José Ceballos Rodríguez, el subdirector de esta banda, mezclando dos estilos distantes, como son el pasodoble y el jazz. Algo que, por lo comentado entre los asistentes y yo mismo en primera persona, me ha parecido algo muy divertido e interesante, haciendo una “versión” muy peculiar del pasodoble Gallito de Santiago Lope. Y ya para rematar lo genuino y espectacular de esta obra, se suceden varias improvisaciones de estos “musicazos”, como la copa de un pino, para finalizar como comenzaba la obra, con los acordes del reconocido pasodoble.

Vista desde la parte superior del teatro Cervantes del concierto | Foto. Andrés Grande

 

Cien años de una banda que continúa y a la vista de lo disfrutado en esta noche, para muchos más años de vida. Nos hemos trasladado por un viaje musical arriesgado, técnico, armonioso, divertido, agradable, sonoro, sorprendente, mágico, elegante y un sinfín de calificativos, que hacen que las partituras en papel se conviertan, con el buen hacer de los músicos y los instrumentos y de la mano directiva de Lorenzo Torrico en MÚSICA en mayúsculas.

 

El escenario del Teatro Cervantes hace honor a su nombre, acogiendo a una Banda, que Béjar debe seguir honrando, por la calidad demostrada, finalizando, como no podía ser de otra forma, con el himno de Béjar, Las cinco abejas, que anima a varios de los participantes a tararear y cantarlo, con mucha emoción, emoción que nos ha contagiado a los que no somos de Béjar, y que hemos disfrutado, cerrando los ojos y pensando que podíamos estar en alguno de los teatros más famosos del mundo, con una banda centenaria, que 100 años se dice pronto, pero que hay que decirlo muy alto, que pocas hay con tanta historia y vida. Cien años, a lo largo de los cuales han pasado cientos y cientos de músicos, y un público que ha podido disfrutar de sus actuaciones.

 

Enhorabuena por el buen hacer, el trabajo continuo y que sigan sorprendiéndonos y acompañando en la vida cultural, no solo de Béjar, sino del mundo entero. Un lujo para esta ciudad y para todos los que nos han hecho disfrutar y a los que nos harán disfrutar.

Banda al completo en el final del concierto | Foto. Andrés Grande

Gonzalo Grande

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